Óscar Sauri
La Jornada Maya
14 de septiembre, 2015
La gente se pregunta en las reuniones familiares, calles, escuelas, parques, plazas comerciales, gimnasios y otros muchos sitios: ¿qué es eso de los juicios orales? Todo mundo opina algo pero, sobre todo la gente se pregunta a qué cambio se refieren las autoridades, cuando les toca esperar horas eternas y recibir malos tratos, en las calurosas y poco funcionales salas de los juzgados civiles y familiares de la ciudad de Mérida y de otras muchas poblaciones y ciudades del país.
La oralidad se ha vuelto hasta una broma: ¿me hace un oral, licenciado?, dice una clienta de esas francotas y directas; ¿vas a tu oral, colega?, dice un litigante de esos dicharacheros; ¿es hora de practicar el oral, licenciado?, pregunta una pasante. Se vuelve comidilla, chiste, broma, inventiva, invectiva y demagogia en los spots publicitarios de los gobiernos estatales y del gobierno federal.
Si el país se construyera con spots publicitarios, el gobierno mexicano, los señores feudales, (perdón, los gobernadores) y la partidocracia mexicana, ya habrían hecho de México una enorme potencia del mundo; pero como los problemas de un país no se resuelven así, la cruda realidad es la inoperancia, las horas-tiempo-hombre perdidas en la redes de
una burocracia judicial despótica, grosera y, muchas veces, ignorante e insensible.
Mi amigo Andrés Silva, con quien me unen aventuras literarias y editoriales de feliz memoria, con quien he compartido y comparto poemas por el teléfono y cuentos de vida que son entrañables y fecundos, ha insistido en que yo haga esta modesta columna, para tratar de explicar a la gente de a pie, qué es esa maraña que se nos viene encima, que ya está aquí y que nos llegó por cortesía de la ONU, la misma en donde una de sus principales dirigentes declaró que para acabar con la oleada migratoria de África hacia Europa se deberían bombardear los puertos desde donde salen los migrantes.
El sistema, mal llamado oral, se lo copiamos a Chile y no a sus autores originales que son los estadunidenses o los ingleses. Como siempre copiamos mal, copiamos la copia; los japoneses y los chinos, al menos copiaron al original. En Chile, el sistema se implementó a partir de la caída de Pinochet, durante el gobierno de transición de Eduardo Frei Ruiz-Tagle.
Va pues esta columna, a la que para variar le hemos puesto Juicio Oral, aquí trataremos de explicar las entrañas de ese “nuevo” sistema de justicia, que se está volviendo tan injusto como el anterior.
Cuatro se ubican en la capital, una en Champotón y una en Calkiní
La Jornada Maya
24 personas, 14 de ellas civiles, resultaron heridas
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Próximo encuentro en Zacatepec
Efe
Yuvi Agarwal es el niño que fundó la organización sin fines de lucro Wild Tunes en 2023
Ap