El ex gobernador Francisco Luna Kan abre las puertas de su casa

Lo último: Fallece a los 97 años Francisco Luna Kan, gobernador de Yucatán entre 1976 y 1982

Verónica Camacho Chávez 

La falta de apoyo a la educación, la desigualdad social y el papel de la izquierda en Yucatán, son algunos temas en los que se enfoca la charla que sostuvo recientemente el ex gobernador Francisco Luna Kan con La Jornada Maya.

Son las 11 de la mañana en Mérida, un sonriente doctor de 89 años abre las puertas de su casa. Sencillo, ataviado con una guayabera blanca, nos recibe en su estudio, donde se aprecia una vasta colección de libros. Afirma que tiene muchos años desligado de la política, que ahora se vino a vivir a Mérida y cuida la salud de su esposa, quien “aguantó y me cuidó cuando hice vida pública" Esta entrevista responde al interès que como ciudadano tiene en el desarrollo de su país y de su estado.

Recuerda que diversas circunstancias lo llevaron a gobernar el estado de Yucatán de 1976 a 1982. Una de ellas fue, en buena medida, su origen maya; “aunque había muchos compañeros con grandes capacidades, pero al recibir la encomienda me puse al servicio de la colectividad”.

Explica que los pueblos mayas han superado varias etapas, principalmente en educación, y esto se debe a que se vive en una sociedad que avanza y en un sistema democrático que tiene virtudes y defectos.

“En mi época había una tendencia a favorecer la incorporación plena de la sociedad al desarrollo en los ámbitos cultural, económico, social y laboral. El desarrollo tiene que darse en conjunto; si no, sólo es crecimiento.

“El crecimiento se basa en sacar adelante a la sociedad, en cambio, el desarrollo involucra la equidad, sin favorecer a grupos pequeños”, dice.

Comenta que “ve un estado con dinamismo, que busca el desarrollo, pero no a corto plazo, sino a futuro. En esto juega un papel fundamental la enseñanza, porque no puede haber desarrollo sin educación sólida, que dé valores al individuo para que éste sea parte integral de una colectividad empleadora. Mientras no ocurra eso, sólo provocará que la riqueza se acumule de forma inequitativa.

“El desarrollo de México es indiscutible en lo económico, cultural, educativo y social, pero no hay equidad cuando la riqueza se concentra en pocas manos”.

Luna Kan considera que la economía no se puede manejar por capricho y “sólo el trabajo modifica la estructura de las sociedades; para llegar a ser una sociedad trabajadora se debe estar bien preparado, tener buenos profesionales”.

Se remonta a su origen y platica: “Nací en una hacienda en las afueras de Mérida, en la comisaría Noc-Ac, y de ahí salíamos en una plataforma tirada por mulas; no había servicios de ningún tipo y teníamos que llegar a Caucel para tomar la carretera hacia Hunucmá.

“Así viajaba mi madre, Luciana Kan, y me llevaba en sus brazos. Fue una mujer sabia, sin educación, pero se propuso que nosotros estudiáramos. Si hubiera hecho caso a la gente que decía que sus hijos debían trabajar, como se acostumbraba en esa época, otra hubiera sido la historia”, relata.

Recuerda que nunca pensó estudiar medicina ni ser político. “Estudié en el Instituto Politécnico Nacional, en la ciudad de México, y me siento orgulloso de haber estado ahí. Tuve oportunidad de llegar al internado, había muchas facilidades y nos daban becas. Hoy no me gustaría ser joven y pelear por una plaza”.

Admite que eso fue producto de la Revolución mexicana y si bien no se concretaron muchos proyectos, muchas generaciones alcanzaron a avanzar.

Persisten las injusticias

Luna Kan afirma que Yucatán está en el camino del desarrollo democrático, pero persisten muchas injusticias sociales. “No todos los hijos de los campesinos tienen acceso a la educación. En mi época éramos menos y tuve el privilegio de la influencia nacional de la época cardenista. Lázaro Cárdenas se empeñó en favorecer a los pobres para que tuvieran educación, pero eso ya se perdió.

“Cárdenas decía: ‘qué voy a hacer en seis años con esta bola de desarrapados; aunque les regale la comida no van a salir; entonces, vamos ponerlos a estudiar’. Fue cuando abrió las escuelas a los hijos de trabajadores”.

La educación debe ser constante, sostiene, y “la sociedad también debe esforzarse y no dejar esa tarea sólo a los gobiernos. Todos tenemos que contribuir: los maestros, cumplir con la docencia, actualizar sus conocimientos, y los estudiantes deben hacer su parte”.

Critica que algunos gobiernos han bajado la guardia en el apoyo a la educación, pensando que era suficiente el adelanto en el país y eso detuvo el desarrollo logrado.

“Se ha debilitado el sistema asistencialista del régimen y ya no hay tanto empeño como en la época cardenista, cuando la meta era incorporar a toda la bola de marginados para que estudiaran, por eso el general Cárdenas creó el Politécnico”.

Insiste en que el único camino para la superación es el conocimiento, porque “en el país hay mucha gente sin trabajo y una nación que no resuelve el problema ocupacional es inestable. Mucha gente se espanta de lo que se gasta en educación, pero es lo único que produce resultados, lo demás es transitorio. Uno nunca acaba de estar actualizado, y más ahora que hay mayor acceso a la información con las nuevas tecnologías.”

Mi labor como médico

Recuerda que perteneció a las Juventudes Socialistas Unificadas de México (JSUM), donde tuvo grandes amigos, como Luis Torres Mesías, quien fue alcalde y gobernador.

“Antonio Betancourt dirigió esa agrupación, que tuvo gran fuerza, porque un día tumbó al gobernador Humberto Canto Echeverría y entró de interino Laureano Cardoz Ruz, que duró cuatro meses. Fue un asalto al poder, pero el movimiento no se consolidó por falta de apoyo de las masas”.

Asegura que con las Juventudes le nació la vocación por el estudio, pues conoció a jóvenes líderes que tenían deseos de superarse.

Considera que la satisfacción más grande que tuvo cuando fue gobernador fue haber servido con entrega y contribuir al avance del pueblo: “Cumplimos con la función política, que es lograr bienestar para un mayor número de personas y de esa manera transformar a una sociedad que, a su vez, procuró librar la marginación.

“Llegué al gobierno con ánimo de contribuir a resolver los problemas del estado. Sabía que no iba a resolverlos y ahora mismo vemos que siguen vigentes, pero al menos logré encauzarlos y ponerles acento de equidad social, porque el capitalismo es tan duro que ha prevalecido hasta estos días”.

Afirma que nunca fue su propósito enriquecerse y hoy vive como cualquier familia modesta, pero “no me siento defraudado y eso es parte de la formación que se da en la casa. Mi madre me transmitió esos valores y ese fue un aprendizaje paralelo a mi enseñanza escolar”.

Recuerda que vio en la medicina una forma de contribuir a eliminar la desigualdad que había en la nación. Su labor como médico lo llevó a vivir en varias ciudades del país, pero fue en Yucatán donde creó los Servicios Coordinados de Salud y Asistencia.

“Le dije al entonces gobernador, Agustín Franco Aguilar, que si no sacaba adelante ese proyecto en dos o tres meses, ‘usted no me va a correr, yo me voy a ir’, y me dediqué en cuerpo y alma a la salud pública. Puedo presumir cómo se maneja el campo de la salud porque ya lo viví”.

Años más tarde, agrega, el entonces presidente del Comité Nacional del PRI, el general Alfonso Corona del Rosal, le hizo una invitación para ser diputado. “Me preguntó en qué distrito me sentía más confiado. Le dije que en cualquiera, que donde me pusiera iba a ganar la elección y él se rió. En esa reunión estaba el gobernador Luis Torres Mesías, quien  era mi amigo porque ambos participamos en las Juventudes Socialistas. En un momento me preguntó: ‘¿Paco, qué le dijiste al general?’ Y le respondí: que yo ganaba en cualquier distrito, y el mandatario también se río. Entonces yo le dije: ¿lo dudas, Luis? Y me respondió: ‘claro que no’”.

El doctor Luna Kan fue militante del PRI durante muchos años y considera que es un partido fundamental para el desarrollo del país.

“Sin el PRI, quién sabe cómo nos iría, pero tampoco puede abusar de ser el único partido. La etapa de la hegemonía política fue superada hace varios años por razones naturales. No puede existir un país democrático impulsado por un solo partido.

“Las Juventudes Socialistas nacieron para ser oposición al PRI; para eso fueron creadas en Yucatán. Pero el PRI ha evolucionado para bien y es satisfactorio que reconozca triunfos de otros partidos.”

Comenta que es tonto negar que el país ha mejorado y acepta que “no tenemos el bienestar que deseamos porque hay desigualdad. Hay gente que no sabe qué va a pasar a la hora de la comida, tenemos marginados por la estructura social que pone barreras cada vez más difíciles de superar”.

Errores del PRD

En la actualidad Luna Kan es militante del PRD, y reconoce que este instituto está muy disminuido. “El PRD no ha sabido mantener la cohesión de los grupos que marginó la sociedad y que se agruparon alrededor de la idea de lograr una sociedad menos injusta”.

Explica que los problemas del PRD comenzaron antes de que Andrés Manuel López Obrador se saliera del partido. “Él fue mi jefe en los servicios de salud pública del Distrito Federal; lo reconozco como buen líder, convence a multitudes, las enardece y hasta dicen ‘con éste me voy a la revolución’, pero no hay ser perfecto. Un líder político va a lidiar con 
multitudes y hay que tratarlas de forma diferente, porque no se puede hacer de la misma manera. El problema de la democracia consiste en lograr ese difícil equilibrio”.

Acerca del trabajo realizado por el gobernador Rolando Zapata Bello en Yucatán, opina que lo ve haciendo su labor con entusiasmo, ayuda mucho en la educación al entregar tabletas e “inauguró el nuevo edificio del Poder Legislativo. Me parece un hombre que hace un buen esfuerzo para servir a la sociedad”.

Luna Kan dice que ya no tiene influencia en la política: “cumplí mi misión, vivo muy tranquilo, voy a la Plaza Grande a que me boleen los zapatos, me entero de los chismes con el boleador, y a veces me quedo un rato más en la nevería Colón o en una cantina; la ciudad es muy tranquila y da esa facilidad”.

Expresa que conoce de cerca a Emilio Gamboa Patrón porque trabajó con él, pero no ha tenido oportunidad de conocer a su hijo ni sabe de su trabajo político. También se lleva bien con Jorge Carlos Ramírez Marín. 

Considera que son grandes líderes para gobernar Yucatán, pero para 2018 “el PRI no puede irse por la libre; debe pensar muy bien quién será su candidato, porque hay otras opciones, como el PAN. El único municipio grande que tenemos es la capital, que gobernó el PAN muchos años y no se puede negar que el blanquiazul tiene fuerza aquí.

“Para que el PRI refrende su hegemonía en 2018 debe hacer cambios sustanciales”.

Comenta que ganar una elección ahora ya no es igual y como ejemplo está el caso de Progreso, donde la hija del jefe de la policía, Jessica Saidén, compitió por el PRI y no ganó.

 

El mal de la izquierda

El doctor considera que Morena fue formado por un capricho entre Andrés Manuel y Cuauhtémoc Cárdenas. “En parte yo me fui al PRD porque sentí que el PRI ya no tenía el mismo cuidado con los núcleos humanos, y por serle fiel a mis principios. Sin embargo, no soy ciego admirador de los partidos y con base en eso ejercí mi libertad. Fui secretario general del Comité Nacional del PRI y en su momento le dije al presidente del partido, Adolfo Lugo Verduzco, que en Yucatán las cosas no estaban bien. Él me decía: ‘tú no te metas en esto, no te preocupes’. Pues sí me preocupo, le dije, porque es mi estado y si no hay estabilidad económica la administración pública se afecta y no puede satisfacer las 
demandas.

“Cuando el gobierno hace una obra, ya hay 10 solicitudes más; la demanda es grande y el país es pobre. No hay muchas cosas de las que podamos presumir en Yucatán, pero podemos decir que se resolvió el sistema de carreteras en su totalidad, porque hasta las poblaciones más pequeñas tienen camino, y eso es alentador”.

El mal de la izquierda es la propia izquierda, lamenta Luna Kan, y “lo digo con gran dolor, porque lo he sufrido, sobre todo cuando lo ven a uno como enemigo. En Yucatán la izquierda está pulverizada. Seguramente Morena le va a quitar lo mucho o poco que tiene el PRD. Considero que López Obrador es un gran líder, pero en cuanto tiene problemas se va a otro partido, uno de sus defectos es ser egocéntrico.

“Vine al estado en una elección con él. Me mandó de candidato a diputado; le dije que no era el indicado, y me respondió: ‘va usted derrotado’. No, soy realista, le dije, estoy desligado de mi estado, sólo mis amigos votarán por mí; yo voy, pero me está mandando al sacrificio. López Obrador se enteró de lo que dije y se enemistó conmigo”.

Lamenta que López Obrador, a pesar de ser honesto y un gran orador que convence a los escépticos, tenga problemas de conducta y caiga en contradicciones. “No ha sabido crear nuevos líderes y darles su lugar. Ese es el secreto del PRI, por eso ha durado mucho tiempo en el poder, porque le da oportunidad a todos. En otros partidos no es así y ese es el problema de López Obrador, que ya también se alejó de Cuauhtémoc Cárdenas.

“México es un país pobre y no podemos hacer las cosas de un día para otro. Cuando las queremos hacer rápido fracasamos y perdemos más. El Presidente necesita ser líder y por eso el actual jefe del Ejecutivo federal sufre mucho?, concluye el ex mandatario estatal.