Verónica Camacho Chávez
La Jornada Maya
29 de julio, 2015
Las muertes ocurridas en la entidad por descompresión, durante la realización de actividades subacuáticas, son un problema de salud pública que el gobierno atiende desde este año debido a la falta de concientización entre el sector pesquero.
El síndrome de descompresión afecta principalmente a quienes se dedican al buceo, y en muchas ocasiones no sólo deja secuelas graves y permanentes, sino que incluso causa la muerte, reveló Rodrigo Alejandro Ramírez Victoria, secretario técnico de prevención de accidentes en actividades subacuáticas de la Secretaría de Salud de Yucatán.
Actualmente se tiene un registro de 40 incidentes y un total de cinco fallecimientos en la temporada anterior del 24 de abril al 30 de mayo, detalló el funcionario, al hablar de la aplicación del programa de prevención de accidentes y seguridad vial, que busca sensibilizar a la población para que realice esas actividades en forma adecuada, principalmente a los pescadores de pepino de mar.
Indicó que al sumergirse a grandes profundidades para pescar, el cuerpo se somete a altas presiones, aumentando la cantidad de nitrógeno y gases tóxicos, por lo que al ascender de manera abrupta se producen microburbujas que ocupan los vasos sanguíneos, provocando infartos cardiacos o isquemia cerebral, que en muchas ocasiones es letal para el hombre de mar.
Explicó que el Gobierno del Estado, por medio de la Secretaría de Salud, ofrece pláticas a la población para que tome conciencia de este problema.
“Hace un año comenzamos con los planes de certificación a estos pescadores, el 17 de marzo se instaló el comité de prevención de accidentes subacuáticos, en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Rural, Protección Civil, la Zona Naval y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Las pláticas se han realizado en Chabihau, Río Lagartos, Dzilam de Bravo, Chicxulub y Chuburná, con el objetivo de que disminuyan los accidentes de descompresión.
Comentó que el día 17 pasado, en San Crisanto y Chabihau, realizaron 100 exámenes médicos, que incluyen muestras sanguíneas, para certificar el óptimo estado físico de los buceadores.
Señaló que en muchas ocasiones, a pesar de ya haber recibido las pláticas de sensibilización, los pescadores, en específico los de pepino de mar, se dejan llevar por el dinero, porque esta especie es bien pagada, además de que el precio se eleva cuando se sancocha.
“Un pepino de mar recién capturado se llega a pagar entre 80 y 100 pesos, pero cuando se entrega sancochado, su precio se eleva a 500 pesos el kilo. Por eso pasan por alto estas advertencias, pero lamentablemente lo único que logran es perder la vida”, alertó Ramírez Victoria.
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La Jornada
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