Entrevista a José Luis Preciado

Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 18 de noviembre, 2016

Nacido en Jalisco, ha pasado más de la mitad de su vida en Yucatán. Desde hace 30 años, su voz ha despertado a los yucatecos, quienes cada amanecer escuchan de su voz las noticias a través de la radio. Es José Luis Preciado, periodista, locutor de Radio Formula y editor de la revista [i]Yucatán[/i].

Su historia está envuelta en un halo de realismo mágico, como el Comala de Juan Rulfo. Nació el 13 de diciembre de 1963, en el rancho El Palmar, en Jalisco, hoy tomado por el crimen organizado. Ahí, su padre subió un día a un árbol y cayó, por lo que quedó casi sordo, narra el periodista.

Por ello, su padre usaba un radio pegado al oído para intentar escuchar las noticias y los programas, mientras su madre complementaba, a través de un casero sistema de señas.

Esas escenas con la radio lograron que José Luis se ilusionara con participar detrás del micrófono algún día en su vida, pero un futuro cuñado lo bajó a la tierra y le dijo que era imposible, porque para ser locutor se necesitaba ser culto, saber varios idiomas y tener un sentido especial para contar las cosas.

En diciembre de 1980 viajó a Mérida para buscar un trabajo; el día que compró su boleto fue el ocho, mismo en que John Lennon fue asesinado. “Fue cuando me enteré que existían Los Beatles”.

En el nuevo año comenzó a trabajar en el Salón de la Historia del Palacio de Gobierno, como parte del personal de limpieza, durante el mandato de Graciliano Alpuche, a quien recuerda como alguien “impreparado para gobernar” pero que llegó al poder como una cuota para la milicia.

Con el cambio de administración, en el interinato de Víctor Cervera Pacheco, el nuevo gobernador le dio confianza al “huachito” para continuar limpiando, mientras estudiaba hotelería y gastronomía en el Conalep.

Durante su estancia en Palacio de Gobierno, fue invitado a limpiar la estación XEUl de Progreso, La Barracuda, aunque sin paga. Fue cuando le llegó su primera oportunidad en la radio. Nervioso, le tocó dar la hora y el clima, información vital para los pescadores.

“¿Qué tal lo hice?”, preguntó después de ofrecer la hora. Eso fue un 13 de noviembre. Durante sus siguientes años, despuntó y llegó a ser segunda voz, ser el líder del noticiario, hasta alcanzar la televisión.

Uno de sus recuerdos sobre su participación en radio es el huracán Isidoro, en el que discutió con el dueño de la estación por programar al comediante Melo Collí, con intención de reducir la tensión de los radioescuchas, tras el paso del fenómeno meteorológico.

El dueño, reconoce, quería poner a la una de la madrugada el Ave María para calmar a la gente, pero Preciado decidió que tendría el efecto contrario porque parecería que el fin del mundo sería inminente, cuando en realidad no hubo víctimas derivadas directamente del huracán. Por tanto, un cómico como Melo Collí aligeraría las preocupaciones de las personas y les haría pensar en otras cosas.

“Esa es la labor de la radio –expresa- contar las cosas de otra manera y tener una función social, una utilidad pública”. Lamentó que en la realidad de hoy, el debate haya quedado de un lado y sean pocos los periodistas los que preguntan por qué sucedió algo y si debió haber ocurrido o no.

Para el 13 de diciembre, José Lui Preciado prepara un nuevo formato de radio por Internet, en el que participarán expertos en diversos temas para exponer sus opiniones y conseguir su función de utilidad para los escuchas. El nombre es radioyucatanfm.com, e iniciará ese día a las 13 horas, apuntó.

Actualmente, los propietarios de estaciones consideran que el Internet no es un buen medio para hacer radio, sin embargo el siguiente paso es que ocurra algo como con Netflix, en el que los programas se especialicen para diversos sectores de la población, que podrán elegir si continuar escuchando al experto o la música, auguró.

“Se tendrá que jugar entre el mundo real y el digital”, expresó, mientras entraba al estudio de grabaciones. El estudio está forrado por imágenes de revistas con personajes históricos, hasta Donald Trump aparece. También los libros adornan los estantes, como de Gabriel García Márquez y Ryszard Kapuscinski.

Ahí, se encuentra la radio que su padre sordo escuchaba en el rancho El Palmar. La aguja del volumen señala que está al máximo.