Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Martes 16 de octubre, 2018

A través de un comunicado, la Asamblea Estudiantil UADY y la Unión Estudiantil de Yucatán, expresaron su preocupación por la amenaza de los empresarios transportistas de subir las tarifas de camiones y combis en Mérida, porque afectaría negativamente a la economía de los usuarios, entre ellos trabajadores y estudiantes.

Entre las exigencias que piden está que “no se aplique un alza a las tarifas del transporte”, porque ante cualquier intento de empresarios o gobierno se enfrentarán “con la decidida respuesta de la comunidad estudiantil organizada”.

También piden la renovación total del 100 por ciento del parque vehicular del transporte público, debido a las “pésimas condiciones” en infraestructura y daños al medio ambiente de las unidades actuales.

El respeto a la tarifa social todo el año y en cualquiera de las unidades, debido a que “es sumamente clasista” que cuando los estudiantes o adultos mayores no puedan pagar los ocho pesos del camión con aire acondicionado, sean obligados a sufrir el intenso calor de aquellos que carezcan del clima.

Piden la extensión del horario de servicio a 24 horas, para generar nuevas fuentes de empleo con el establecimiento del turno nocturno, y de manera indirecta permitirá a la ciudadanía a gozar del servicio durante la madrugada, al salir de sus empleos. La medida, indican, deberá ser acompañada de medidas de seguridad pertinentes.

“Si uno de los pretextos de los empresarios es que están endeudados y el negocio ya no les es redituable, que renuncien a él y que su gestión pase de inmediato a los trabajadores choferes, quienes sí podrán darle un buen uso que les deje suficientes ganancias para continuar brindando el servicio con la tarifa actual”, insisten.

Por último, piden que inicie a la brevedad un estudio minucioso, multidisciplinario e integral, y una posterior reestructuración de todo el sistema de transporte público y la movilidad en Mérida. Que se implementen, progresivamente, diferentes medidas (correspondencias entre líneas, membresías mensuales y anuales, tranvías, ciclovías, infraestructura peatonal) con el objetivo de tener un sistema verdaderamente funcional, expresan.

Recuerdan que desde 2006 la tarifa ordinaria aumentó cuatro veces, para pasar de 4.5 pesos a ocho, mientras que la tarifa social creció de 2.50 a tres pesos. Ahora, buscan “desesperadamente” la “desproporcionada” alza de ocho a 10 pesos y de tres a cinco, respectivamente.

Manifiestan que las alzas no mejoran el servicio, sino que éste empeora gradualmente, por lo que afirman el aumento del pasaje no resolverá los problemas del sector, pero también hay carencias como vacíos en el diseño de las rutas y la prestación de servicio.

Expresaron su “completa solidaridad y apoyo” a los choferes en su lucha por conseguir mejores condiciones laborales y un salario digno, de acuerdo a la labor diaria de prestar el servicio de transporte público a los ciudadanos.


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