Katia Rejón
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 5 de octubre, 2018

“La vida está llena de cosas agradables y desagradables que te van a suceder quieras o no. Si me pongo a pensar que no voy a trabajar porque estoy preocupada por cómo voy a pagar el tanque de gas o que me duele la rodilla, no hago nada”, opina la pintora Adela Isaac, una de las artistas invitadas para la exposición colectiva [i]De artistas con trayectoria[/i] que organizó la Secretaría de Cultura y las Artes (Sedeculta) el mes pasado en el Centro de Artes Visuales y que estará hasta el próximo 6 de septiembre.

La exposición se divide en tres muestras pequeñas que corresponden a tres artistas diferentes: [i]Jardín Alterno[/i] de Adela Isaac, [i]Lo mismo[/i] de Diana Peniche y [i]Hallazgos[/i] de María Luisa Erales.

Adela Isaac participó con 11 pinturas de formato grande y mediano. Dice poco acerca de su obra y su trayectoria, aunque desde la primera se ha hablado con buena crítica, y la segunda corresponde a cuarenta años. Habla más de la disciplina y la constancia, se puede ver que las agendas políticas y la inmediatez le disgustan.

"Crecí en Itzimná y en esa época no existía la tecnología que hay ahora. Llegaba un momento en el que no había nada que hacer y agarraba los colores y me ponía a pintar", contesta al preguntarle sobre sus inicios en la pintura.

Agrega que se casó muy joven y al poco tiempo de formar una familia, regresó a la pintura. Comenzó a tomar clases con varios maestros de pintura de la ciudad y después de seis años de clases, continuó ella sola.

“La disciplina debe estar en todos los trabajos, así es comprometerse con algo. Eso es lo que te da resultados”, opina.

Sus pinturas, generalmente óleos y formatos grandes, se han expuesto un par de veces en la galería del teatro Peón Contreras de forma individual, con [i]Memoria visual[/i] en 2014 y [i]Movimiento circular[/i] en el 2017. Sus exposiciones también suelen ser numerosas.

Sobre la última exposición individual, [i]Movimiento circular[/i], el historiador de arte Alberto Arceo, escribió en una revista local: “desplegó mundos ficticios y atemporales que nos buscaban incidir en la realidad, sino disgregarse en imágenes para así transformarla, aludiendo más al sujeto que observa que la acción directa y colectiva. Este planteamiento también entraña otra idea: pintar sin agenda política o mercado que la condicione, ya que es una actividad que transgrede el sistema enajenante y frívolo que impera”.

Excepto los fines de semana, pinta todos los días. De lunes a viernes se levanta muy temprano, desayuna, agarra su [i]sabucán[/i] y camina hasta el mercado de Cholul. De ahí llega a su taller, ubicado ahí mismo.

“Nunca salgo. De hecho ¿por qué estás acá? Hubiéramos ido a mi taller. Bueno, cuando llego me tomo una Coca Cola, prendo mi cigarro, le doy dos segundos al lienzo y me voy sobre el toro. Descanso dos veces y almuerzo, luego retomo. Después de las seis y media, ya no pinto”, relata.

En toda la entrevista, poco ha dicho de sus intenciones artísticas o su técnica. Deja que su trabajo hable por sí solo. Sus pinturas expresan elocuentemente una buena técnica, originalidad, manejo inusual de patrones, texturas y figuras geométricas.

Al preguntarle si ella, como otros artistas, tiene una doble vida para pagar las cuentas, responde que admira mucho a sus amigos que dan clase pero ella no puede. “¡Es que la pintura no se lleva con nada!”, finaliza.


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