La plaga del dulce mal en comunidades mayas

Rosario Ruiz y Joana Maldonado
Foto: Juan Manuel Valdivia
La Jornada Maya

Cancún, Quintana Roo
Jueves 22 de agosto, 2019

La Coca Cola ha sustituido poco a poco a la tradicional agua de sabor en las mesas de las comunidades mayas, donde diariamente consumen un aproximado de seis litros al día.

Quintana Roo, según cifras de la Secretaría de Salud (Sesa), ocupa la posición número 14 en obesidad, muchos de los casos vinculado al consumo de refrescos o bebidas endulzadas; a nivel mundial, México es uno de los países de mayor consumo de estas bebidas, pues cada persona llega a beber hasta 163 litros al año.

Aunque el mayor número de pacientes con obesidad o diabetes está en la zona norte de la entidad, el número de casos en la zona maya cada vez es más preocupante.

“Es altísimo el consumo de Coca Cola en las comunidades, cada familia toma seis litros por día”, mencionó Aniceto Caamal, del Centro Salvaguarda de Usos y Costumbres, ubicado en Sacamucuy, municipio de Tulum.

Destacó que un grupo de sanadoras que fueron a ocho comunidades de la zona maya de Tulum revisaron a los habitantes y sus resultados fueron de 60 por ciento de diabetes desde niños hasta adultos. Los poblados donde se concentran los casos son: Sacamucuy, Chanchen 1, Hondzonot, Yaxche, Chanchen Palmar, Yalchen y San Silverio.

Destacó que revertir el consumo de refresco es muy difícil, pero a través de su asociación civil están difundiendo el consumo de frutas tradicionales propias de la región.

“Muchas de las enfermedades no transmisibles se deben a un desequilibrio energético derivado del sedentarismo y consumo de productos procesados elevados en azúcares y grasas, los refrescos que son de alto consumo en la población generan estos desequilibrios”, apuntó Jorge Alpuche, jefe del departamento de enfermedades no transmisibles de la Sesa.

Apuntó que la situación tanto en el estado como en el país preocupa en materia presupuestal.

“El gasto en salud se va elevando día con día y el tema de la obesidad es un padecimiento crónico que genera trastornos metabólicos que a la larga producen complicaciones como cáncer y diabetes y otros trastornos que van generando enfermedades y complicaciones que generan gastos familiares y a los sistemas de salud pública”, expresó.

[b]Problema desde la concepción[/b]

Jorge Alpuche señaló que el consumo de bebidas endulzadas inicia incluso desde la atención prenatal, durante el embarazo e incluso previo a éste, lo que genera factores predisponentes a adquirir enfermedades. Si a eso añaden un consumo de productos procesados durante la infancia, inicia un proceso de desequilibrio energético o trastorno metabólico.

En Quintana Roo, de acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), el sector poblacional más afectado por la obesidad son los adultos, pues hasta 2018 habían detectado unos 14 mil 297 personas; mientras que sumaron mil 191 casos de niñas, niños y adolescentes.

En 2019, en las 189 unidades de salud de la Sesa, han diagnosticado 11 mil 750 casos de pacientes detectados; sin embargo de esta cifra, sólo 8 mil acuden a consulta médica.

La Jurisdicción Sanitaria 2, al norte del estado, tiene el mayor número de casos de personas con obesidad, con 3 mil 694 pacientes en tratamiento.

En el caso de la zona maya de Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, así como la zona sur el rango es menor. La Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea reducir las cifras de personas con obesidad para disminuir costos de tratamiento.

[b]La jarra del buen tomar[/b]

El consumo de bebidas azucaradas puede llevar a aumentar el riesgo de tener sobrepeso en un 27 por ciento en adultos y en un 52 por ciento en niños, además de que se asocia a una mayor posibilidad de tener diabetes mellitus, añadió Mariana López Santiago, encargada de la Estrategia Nacional para la prevención y control del sobrepeso, obesidad y diabetes de la Sesa.

La especialista indicó que en México hay una herramienta útil para controlar el consumo de refrescos. Se llama la “jarra del buen beber” y sirve como base para conocer un consumo adecuado de líquidos.

En la base de la jarra añadió, está el consumo de ocho vasos de agua natural, seguido de dos tazas de leche semidescremada o bebidas de soya sin azúcar adicional. Siguen café, té sin azúcar, de cero a cuatro tazas, el consumo permitido de cero a dos vasos de bebidas endulzadas con edulcorantes no calóricos como stevia, Splenda, hasta dos vasos de jugos o frutas naturales y en la punta con una recomendación de hasta medio vaso al día las bebidas deportivas.