En Lerma, familia Ayuso Góngora mantiene veneración a los Santos Reyes

Texto y foto: Jairo Magaña
La Jornada Maya

San Francisco de Campeche
Lunes 6 de enero, 2020

Como cada año, en el poblado de Lerma, vecino de la capital campechana, seis familias reúnen a todos sus miembros para venerar a los Santos Reyes Magos, aquellos personajes descritos en los evangelios bíblicos encargados llevar regalos santos al niño Jesús, poco después de su nacimiento. En esta comunidad existe un particular afecto hacia los protagonistas de la fiesta de la Epifanía, y la familia Ayuso Góngora tiene más de 100 años cumpliendo con su palabra y su fe.

Poco ha importado que don Gustavo Ayuso, quien le inculcó la tradición de los Santos Reyes a sus seis hijos, ya no esté; pereció en octubre del año pasado y su último deseo fue que la familia continuase con el legado dejado por sus ancestros desde hace más de un siglo. En su lecho de muerte, y con sicología inversa, le dijo a sus herederos que si no podían continuar con la tradición, le avisen a todos los que llegan a visitarlos en estas fechas.

“Es decir, nos pidió que le avisemos a más de 500 personas que ya no íbamos a continuar con la adoración a los Santos Reyes”, refiere Claudia Helena, la mayor de los seis hijos de don Gustavo y doña María Candelaria Góngora López. Esta última ahora integra el equipo de cocineras que opera durante los cuatro días de fiestas patronales.

¿Cuál era el impacto que dejarían en caso de no continuar con la tradición? Los hermanos refieren que esta vez mataron “nueve cochinos de buenas dimensiones”, cada uno estimado en casi 5 mil pesos; cada cerdo representa a una familia de al menos 40 integrantes, esto comprobado con un recorrido por el inmenso patio de la casa familiar, donde había pequeñas carpas con diferentes familias; unos destazando los animales, otros preparando chicharrón y tomándose unas cervezas.

Sumado a estos, los hermanos exclamaron que todo Campeche está invitado a la festividad; no sólo los pobladores, quienes ya conocen la tradición de los Ayuso Góngora. Cualquiera puede llegar, sentarse, convivir con los presentes, escuchar los relatos de cómo conocieron a don Gustavo y de las aventuras que éste tuvo con sus amigos; claro, sin olvidar contar las celebraciones de años anteriores.

[b]Abundancia, armonía, paz y unión, principales peticiones[/b]

El altar o nacimiento, dedicado al Niño Dios, se observan diversas imágenes de los Reyes Magos; las más grandes, en las que están en sus respectivas monturas, caballo, camello y elefante como indica la tradición, ocupan el espacio superior; unas más pequeñas se localizan frente al niño, adorándolo.

Este domingo 5 de enero, familiares e invitados colocaron más de 100 velas y veladoras blancas y de colores, las que junto con flores representan el camino que siguieron los Reyes hasta el pesebre.

La familia hace algo diferente cada día de la festividad. Por tal motivo piden cosas distintas durante las oraciones. Para los Ayuso Góngora, el primer día es cuando entregan los cerdos; entonces piden abundancia, pues comprar al animal y alimentarlo no es barato. En esta ocasión les vino el recuerdo que cuando su padre estaba en vida les tocó disfrutar de ofrendar un toro y vacas, pero la economía hoy no es pujante, por ello la petición de abundancia.

Para hoy lunes, cuando comiencen con el adorno del altar, piden armonía y paz, ya que las acciones de colocar las velas y equilibrar los colores deben promover armonía y paz entre la familia y sus visitantes. Para el tercer día piden unión, pues es cuando ejecutan el tradicional baile de la cabeza de cochino en el parque, junto a las otras familias que participan.

Así como hay diversas actividades, la comida es tradicional. El primer día preparan frijol con puerco para la comida y para la noche tamalitos torteados, el sábado en la noche enterraron la cochinita para desayunarla el domingo y volver a comer frijolitos con puerco, mientras que hoy lunes prepararán la col, mientras todos los demás preparan los pasos de la cabeza de cochino.

Todo esto explicó Claudia Helena junto a sus hermana María Amparo y hermanos Guillermo, Gustavo Adolfo, Ricardo y Javier Enrique, así como de su madre María Candelaria, todos un tanto ocupados preparando junto a las demás familias la comida y la cena. Las tres mujeres, con su delantal, y los varones destazando al cochino; incluso quedaba un cerdo más para matar temprano.

[b]Más de 100 años de una tradición poco conocida[/b]

La celebración de los Santos Reyes varía cada año de acuerdo a los días en los que medie el 6 de enero. En Lerma nadie sabe con exactitud cuándo comenzó la tradición, los primeros habitantes del poblado, cuando éste aún era un ejido, refieren que lleva 100 años; otros apuntan que son más de 120, pero en todos coinciden que son la quinta y sexta generación las que hoy día están encargadas de realizar la festividad.

Tres familias, entre ellas los Ayuso Góngora, comenzaron desde el sábado 4, algunos iniciaron ayer domingo, pero todos coincidirán durante el baile de la cabeza de cochino el 6 de enero en el parque principal del poblado, donde además realizan una verbena popular para todos los que por ahí anden.

En Lerma se reconoce a los Ayuso Góngora, a Braulio Vázquez y Braulio Xamán como las tres familias cuya fe los hace comenzar el día 4. También se ubica a las familias Cahuich, Can Poot y Uc Chan, quienes comienzan al siguiente día. Estas seis familias son las más conocidas del poblado incluso más allá de las celebraciones, porque son un ejemplo a seguir para los demás pobladores.