En menos de una semana, los reclusos del Centro de Reinserción Social de San Francisco Kobén, ubicado en el poblado con el mismo nombre y a 10 kilómetros de la capital, volvieron a amotinarse en el interior de las instalaciones para exigir la destitución de Claudia Góngora Rosado, directora del penal, a cambio de que regrese Virginia Cáliz Alonso, quien fue enviada a otra penitenciaria del estado en el municipio de Carmen.
Durante el enfrentamiento, en el que participaron al menos 100 reclusos, resultaron cuatro de ellos heridos por arma de fuego, pues los guardias dispararon en diferentes ocasiones contra el disturbio, posteriormente, uno de los prisioneros, que según reportes tenía 22 años, falleció; los otros res reos están estables.
Apenas inició el movimiento de reclusos, los guardias notificaron a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la situación, por lo que, 40 minutos después, enviaron dos camiones con al menos 100 elementos antimotines, además que varias patrullas llegaron para ayuda a controlar la situación y minutos más tarde, acudió un camión más de la Guardia Nacional también con antimotines para verificar el área federal.
Aunque el reglamento del penal señala que los reclusos no pueden tener teléfonos celulares en el interior, Facebook estuvo inundado de videos y algunos medios de comunicación recibieron las llamadas de distintos presos denunciando y reportando como estaban dándose las cosas durante los disturbios, incluso hubo una entrevista de una página digital informativa a un reo que denunció las condiciones en la que los tienen.
Cuando el conflicto bajó los ánimos, varios de los reclusos estuvieron en el patio central del penal, colocaron unas mantas donde acusaron el porqué de la situación y exigieron el regreso de Virginia Cáliz, así como la salida de Góngora Rosado debido al maltrato que sufren bajo sus órdenes, y de algunos guardias que tienen el poder de mover a los prisioneros de las celdas.
Los familiares de los reclusos al enterarse de la situación, acudieron el Cereso y destacaron que las comidas que le dan a los reos están podridas, es poca; que les quieren cancelar las visitas y que estos les lleven alimentos desde el exterior.
Al lugar también acudió Rosa María Palacios Suárez, subsecretaria de Seguridad Pública, dialogó con los familiares para que si tienen comunicación con ellos, les pidan bajar las armas, pues ya tuvieron acercamientos con otros reclusos que están más tranquilos y hasta comida les dieron para que no haya más discordia, también negó que haya heridos.
Mientras la funcionaria declaraba, los presentes la interrumpieron y la desmintieron de frente, alegando que algunos reos aún tienen sus teléfonos y están informando de lo que sucede, por lo que aseguraron que no ha habido reunión alguna y peor aún, le dijeron que sí había un muerto y tres heridos.
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Para la tarde el problema había bajado de tono y los reos sostuvieron una reunión con los administrativos, pero no con Góngora Rosado, directora del penal.
Edición: Ana Ordaz
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