Ya son siete días desde que jubilados universitarios tomaron las oficinas de la Rectoría de la Universidad Autónoma del Carmen (Unacar), misma cantidad de tiempo en que los manifestantes han rechazado las propuestas presentadas por las autoridades, al considerarlas inviables, “ya que no garantizan cubrir el adeudo, ni que sea para todos los afectados”.
De acuerdo con los jubilados, las autoridades universitarias presentaron una propuesta para realizar una rifa, cuyos boletos fueran vendidos por los propios afectados, con el propósito de reunir recursos para la adquisición de un automóvil, que sería rifado y de esta manera, obtener el dinero para el pago, de “una parte del adeudo y sólo a unos cuantos”.
El dirigente del Sindicato Único de Trabajadores de la Unacar (Sutunacar), Ramón Magaña Martínez, lamentó que las autoridades universitarias no hayan podido presentar una propuesta viable para la solución de este problema, en la que se adeuda a los jubilados universitarios 19 quincenas de remuneraciones.
“Tal parece que no tienen el poder de gestión y que no hay los proyectos que han dicho que se vienen promoviendo para dar solución a este problema, ya que desde el inicio de la toma de la Rectoría por los jubilados, se ha solicitado que se les presenten y que sean discutidos”.
Dijo que la venta de boletos para rifas es una propuesta que no sólo no fue aceptada, sino que molesta e indigna a los afectados, “quienes no están solicitando limosna, sino que se les pague algo que se ganaron con muchos años de servicio a la máxima casa de estudios”.
Por su parte, Abraham Trujillo Camacho, en representación de los jubilados, lamentó los actos violentos que se han generado desde la Rectoría, al enviar a un grupo de vigilantes para sacar un vehículo del área que mantienen tomada, con lujo de violencia, lo cual no abona a la solución del conflicto.
“Además, cortaron el suministro de energía eléctrica y colocaron candados en los accesos, tratando de encerrarnos en el área de Rectoría”.
Indicó que su exigencia es legítima, es un derecho que se está violentando por las autoridades universitarias, quienes tal parece que están esperando que se mueran, como ha sucedido con varios jubilados, que han perdido la vida, esperando que se les cubran sus remuneraciones vencidas.
Edición: Estefanía Cardeña
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