Hermann Bellinghausen
Foto: Archivo
La Jornada Maya
San Francisco, Estados Unidos
Domingo 22 de enero, 2017
La multitudinaria marcha de repudio a Donald Trump fue, según todos los testigos, la más concurrida en muchos años, en esta ciudad de la que se dice que la [i]gentrificacion[/i] le ha quitado su filo radical a causa de su éxito como antesala de Jauja.
Cientos de miles de mujeres y hombres de todas las edades y colores, aunque predominan blancos y latinos, desbordaron la avenida Market –a partir de las cinco de la tarde– hasta la plaza Justin Herman en el embarcadero del puerto. Nunca cupieron todos juntos de tantos que eran.
La lluvia torrencial va y viene, pero nadie se arredra. "El amor vence al odio" dicen en la ciudad que fue del [i]flower power[/i]. Es una de las consignas más repetidas en esta movilización que decidió pintarse de rosa. Todas las variaciones de la palabra [i]pussy[/i] le escupen "al macho Trump" su negativa. "No es mi presidente" repiten carteles chorreados a causa de la lluvia. El ambiente fue festivo y aguerrido.
"No lo vamos a dejar que dure en el cargo", asegura una matrona decidida y combativa. "No nos merece como pueblo".
Las movilizaciones del viernes resultan tímidas en comparación a este clamoroso acto de rechazo. No presagiaban este estallido pacífico de descontento que paralizó por completo el centro de San Francisco.
Cánticos y gritos. De "El puebo unido jamás sera vencido" a “[i]We shall overcome[/i]” (Lo superaremos), hay una ferocidad nueva. No sólo Trump enseña los dientes.
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