Tomás Gimeno presuntamente mató a sus hijas en su finca: jueza

Magistrada recoge auto del caso de las niñas Anna y Olivia en Tenerife
Foto: Europa Press

Tomás Gimeno, padre de las niñas Anna y Olivia, de tan sólo uno y seis años, presuntamente dio muerte a sus hijas en su casa de Igueste de Candelaria, España, envolviéndolas luego en toallas e introduciéndolas en bolsas de basura que metió en mochilas deportivas que lanzó al mar sujetas a una cadena, un cabo y un ancla.

Así lo recoge el auto de la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar, que se dio a conocer hoy; también revela que Olivia, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado jueves, falleció de muerte violenta, de tipo homicida, como consecuencia de un edema agudo de pulmón.

 

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Según el auto, Beatriz Zimmermann  y Tomás Gimeno mantuvieron una relación fruto de la cual nacieron Anna y Olivia. La pareja rompió aproximadamente hace un año, lo que implicó el cese de la convivencia, residiendo desde entonces Gimeno en Igueste de Candelaria y Zimmermann con sus hijas en Radazul. 

Desde ese momento, Tomás Gimeno mantuvo un trato vejatorio y denigrante hacia Beatriz Zimmermann, dirigiéndole a diario comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes, en particular enfocados a menospreciarla por haber rehecho su vida con una nueva pareja, manifestando además, de forma reiterada, que no toleraba que compartiera momentos con sus hijas. 

El 27 de abril, Gimeno acordó con Zimmermann pasar la tarde con sus hijas, lo que implicaba recogerlas hacia las 17 horas y llevarlas de nuevo a casa a las 21 horas. A continuación, llevó a Olivia a clases de alemán, donde acudía los martes y jueves. 

En ese instante, Gimeno entregó a su pareja, directora del centro, un estuche lapicero con cinta de embalar, pidiéndole que le llamara a las 23 horas del mismo día. Pese a ello, abrió el estuche hacia las 17:20 horas, encontrando en su interior un fajo de dinero por importe de 6 mil 200 euros y una carta despidiéndose de ella.

Tras salir del centro, el hombre se dirigió con las niñas a casa de sus padres en Santa Cruz, dejando allí a Anna y llevando a Olivia a clases de tenis hasta aproximadamente las 18:30 horas. Tal circunstancia la aprovechó Gimeno para acudir hasta la Marina de Santa Cruz, donde estacionó su coche a las 17:50 horas a la altura del pantalán en que mantenía atracado su barco para probar el motor, abandonando la Marina poco antes de las 18:00 horas.

Después de recoger a Olivia, regresó al domicilio de sus padres, donde permaneció hasta minutos antes de las 19:30 horas. Quince minutos después, llegó a su casa en Igueste de Candelaria. Presuntamente, en dicha finca Gimeno dio muerte a sus hijas, envolviéndolas en toallas e introduciéndolas en bolsas de basura y éstas en unas deportivas, que colocó en su coche. 

A las 21:05 horas, se desplazó con su vehículo, en cuyo interior presuntamente se encontraban los cuerpos sin vida de sus hijas, hasta Santa Cruz, parando un momento en casa de sus padres, donde a escondidas dejó su perro, dos tarjetas de crédito con sus claves y dos juegos de llaves de un Alfa Romeo que había dejado la madrugada del mismo 27 de abril, hacia las 00.30 horas, en la finca donde ejercía su actividad profesional, situada en Guaza. 

Beatriz Zimmermann llegó a las 21:00 horas al domicilio de Tomás Gimeno, a quien llamó por teléfono y quien le dijo que iban a comer algo y que le dejaría a las niñas en casa. Sin embargo, poco antes de las 21:30 horas el hombre regresó hasta la Marina. Tras estacionar el vehículo, realizó tres viajes desde el coche hasta su barco para llevar distintos objetos, entre los que estaban las bolsas de deporte en cuyo interior presuntamente se encontraban los cuerpos de Olivia y Anna. 

Finalmente, a las 21:40 horas zarpó con la embarcación.

A las 21.50 horas Beatriz llamó de nuevo a Tomás, quien le comunicó que ya estaba fuera de la isla con las niñas. Poco después, le telefoneó de nuevo y le dijo que ya no iba a ver ni a las niñas ni a él, que se iba con ellas y que iba a empezar una nueva vida. A las 22:30 y a las 22:40 horas, la mujer repitió la llamada, ya desde el Puerto de la Guardia Civil, siendo la respuesta de Tomás la misma, aun cuando intervino un agente de la Guardia Civil.

Arrojadas al mar

Cuando ya estaba suficientemente alejado de la costa y sobre una zona que conocía profunda, hacia las 22:30 horas, Tomás Gimeno arrojó al mar desde su barco las bolsas de deporte que contenían en cuerpo sin vida de su hija Olivia y presuntamente el de su hija Anna, ambas amarradas a un ancla por medio de una cadena y un cabo.

 A las 22.30 horas, Tomás volvió a llamar a Beatriz, llegando a decirle que él no podía permitir que sus hijas crecieran sin su padre. A las 22.44 horas el teléfono de Tomás aparentemente se quedó sin batería, por lo que decidió regresar a puerto. 

En la bocana de la Dársena Pesquera, hacia las 23:15 horas, Tomás se cruzó con una embarcación de la Guardia Civil, que realizó una propuesta de sanción contra él por incumplir el toque de queda. Seguidamente, volvió a atracar su barco. A las 23:45 horas, se dirigió a una gasolinera cercana y compró un cargador de móvil, cigarros y agua, regresando minutos antes de las 00 horas a la Marina, dirigiéndose con el vigilante de seguridad a su oficina a cargar el móvil. A las 00:27 horas, regresó de nuevo a su barco y zarpó por última vez. 

Tomás Gimeno volvió a hablar a la 1:28 horas con Beatriz Zimmermann, quien le planteó que las niñas necesitarían a su madre, a lo que él contestó que sabía que eso le iba a costar, pero que con el tiempo estarían bien con él, ya que tenía suficiente dinero para vivir. A las 2:11 horas habla por última vez con Beatriz, despidiéndose definitivamente. Además, mandó varios mensajes a sus amigos, a los que comunicó que les dejaba varias de sus pertenencias, y a su padre, diciéndole que lo sentía de verdad, que lo lamentaba por él, pero que necesitaba esto y que por fin estaría bien y como quería. El último mensaje lo remitió a las 2:27 horas. 

A las 17:37 horas del 28 de abril, su barco fue localizado en el mar vacío y a la deriva a la altura del Puertito de Guímar. Durante su remolque hasta el puerto de Santa Cruz fue localizado flotando en el mar el maxi cosi de Anna.

Finalmente, el pasado jueves el buque oceanográfico Ángeles Alvariño localizó las dos bolsas de deporte, una de ellas rota y vacía y la otra conteniendo el cuerpo sin vida de Olivia, con lastres en su interior y sujetas a una cadena, un cabo y un ancla.

Edición: Estefanía Cardeña


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