El equipo del Comité Olímpico de Rusia ganó el martes la final de la gimnasia femenina por equipos tras la retirada de la estrella estadunidense Simone Biles por un "problema médico", que luego la misma gimnasta atribuyó a su salud mental.
Las gimnastas rusas lograron una puntuación de 169.528 mientras que Estados Unidos se llevó la plata con 166.096. Las estadunidenses Sunisa Lee, Grace McCallum y Jordan Chiles completaron las tres últimas rotaciones sin Biles, que abandonó la competencias tras el salto de potro.
Es el primer oro de las rusas desde que el Equipo Unificado triunfó en Barcelona en 1992 y se produjo un día después de que el equipo masculino se impuso a Japón en la lucha por el oro en su final.
Las atletas rusas se derrumbaron de alegría luego de que la rutina de Angelina Melnikova en suelo les dio la puntuación que aseguraba la primera posición.
Inesperada salida
Estados Unidos, que aspiraba a conquistar su tercer oro olímpico, logró aferrarse a la plata sin Biles. Tras el aterrizaje de su salto, en una prueba previa, la actual campeona olímpica -que a sus 24 años es considerada como la mejor gimnasta de todos los tiempos- se abrazó a un entrenador. Después, abandonó el recinto de la competencia acompañada de la médico del equipo de Estados Unidos.
Minutos más tarde, regresó, se sacó las protecciones para las barras asimétricas y abrazó a sus compañeras Grace McCallum, Sunisa Lee y Jordan Chiles antes de ponerse el chándal. Chiles sustituyó a Biles en las asimétricas y la viga de equilibrio.
Las estadunidenses empezaron la final en el potro, con Biles última en el orden de salida. Se suponía que debía ejecutar un “Amanar”, un salto que comienza con una rondada en el suelo para entrar de espaldas al trampolín, y termina con una doble pirueta y media. Pero pareció cambiar de idea durante el vuelo y efectuó sólo un giro y medio.
Al bajar del podio, fue atendida por la doctora del equipo, Marcia Faustin, antes de salir de la pista del Centro de Gimnasia de Ariake.
"Tengo que centrarme en mi salud mental"
Tras el episodio de la retirada, que acaparó las noticias a nivel mundial, la gimnasta Simone Biles explicó que tiene que preocuparse de su “salud mental”, sin saber si competirá en las individuales.
"Después de mi actuación no quería seguir. Tengo que centrarme en mi salud mental, es lo más importante en el deporte ahora mismo. Hoy estuve sometida a mucho estrés. Ha sido una semana larga, un ciclo olímpico largo. Deberíamos estar ahí fuera disfrutando y no es el caso", añadió.
Por otro lado, Biles dejó en el aire su participación en el concurso completo individual. La estadunidense necesita cuatro podios para ser la gimnasta más condecorada de la historia. Sin embargo, su presencia en las cinco finales individuales del jueves está ahora pendiente de confirmación.
"Veremos qué pasa. Voy a tomarme este día para pensar y veremos qué ocurre", explicó.
La retirada de Osaka
Los Juegos Olímpicos se quedó sin otra de sus grandes atracciones el martes cuando Naomi Osaka se despidió de la justa.
El protagonismo de Osaka era tal que recibió el honor de encender el pebetero olímpico en su país natal.
En cuestión de horas, en pabellones situados en la zona de Ariake, la presión y ansiedad dio al traste con sus aspiraciones olímpicas.
Por la mañana, Osaka se despidió del torneo, fulminada en la tercera ronda. La tenista quien nació en Japón y se crió en Estados Unidos, cargaba encima con expectativas inmensas.
El rostro de las cuatro veces campeona de Grand Slam -la mujer mejor pagada del deporte- aparece en todas partes en Tokio.
Después de haber ganado con contundencia sus primeros dos partidos, Osaka se desdibujó Marketa Vondrousova, una checa que en 2019 alcanzó la final del Abierto de Francia. Perdió 6-1, 6-4.
“Todas las derrotas me decepcionan, pero esta duele más que las otras”, dijo Osaka, de 23 años.
Había estado dos meses sin jugar, luego de retirarse en la segunda ronda del Abierto de Francia para cuidar su salud mental. Tomó esa decisión tras el revuelo generado porque días antes dio a conocer que no iba a dar más ruedas de prensa al sostener que esas interacciones le generaban dudas.
Amagó con no hablar tras perder en Tokio, pero finalmente compareció para sincerarse.
“Sentía mucha presión por esto”, dijo. “Quizás porque nunca había estado en unos Juegos Olímpicos. Demasiada para ser los primeros”.
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