Un templo de la comunidad Hare Krishna en la isla de Inish Rath, en Irlanda del Norte, acoge a fieles ucranianos que huyeron de la ciudad mártir de Mariúpol después de la invasión rusa.
"Salimos de Mariúpol", en el sureste de Ucrania, "porque la ciudad está completamente destruida", cuenta a la Afp Ruskin Khabibullin, miembro de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON) en Ucrania.
Este movimiento espiritual es una rama del hinduismo. Fundado en los años 1960, se extendió rápidamente a Europa del este después de la caída de la Unión Soviética y reivindica un millón de miembros en el mundo.
"Bombardearon los edificios. Nuestro departamento y nuestra oficina se incendiaron. Por eso tuvimos que venir aquí", añade este ucraniano de 48 años.
Junto con su esposa Tatiana y su hijo Nikita, de 14 años, vive desde hace dos meses en el templo de Inish Rath, situado en un pabellón de caza del siglo XIX, en la isla de Inish Rath, en medio de las tranquilas aguas del lago Erne.
En la calma de esta isla, la familia se recupera lentamente de los horrores de la guerra. "Cuando vemos aviones o helicópteros, inmediatamente nos recuerda la guerra", explica el refugiado ucraniano. "Pero la atención de los fieles, de las personas que viven cerca y la atmósfera en el templo nos aportan una protección espiritual", añade.
Ruskin Khabibullin y su familia se alojan en el templo, pero otros miembros ucranianos de Hare Krishna están alojados en viviendas cercanas.
Naryan Das, de 22 años, y su esposa Valeria viven a unos 20 kilómetros de distancia, al otro lado de la frontera, en Ballinamore, República de Irlanda.
El domingo, Naryan ayuda a preparar la comida para los visitantes del templo y participa en los servicios religiosos.
Relata cómo se refugió en un sótano en Mariúpol junto a otros 50 miembros de Hare Krishna para escapar de los bombardeos. "Solo salíamos para buscar agua o comida", explica.
No hay dónde volver
La ONU determinó que Mariúpol, cerca de la frontera oriental de Ucrania, es el lugar del país donde se produjeron más muertes tras la invasión rusa en febrero.
Tres meses de combates en la ciudad provocaron la huida de cientos de miles de habitantes y la muerte, según las estimaciones de Kiev, de al menos 22 mil personas.
Naryan salió de Mariúpol a mediados de marzo, aprovechando la red internacional Hare Krishna para llegar a Irlanda a través de Eslovaquia y la República Checa.
"Estoy pensando en instalarme aquí", dice, señalando que 90 por ciento de su ciudad está ahora en ruinas. "No hay dónde volver", resume.
El movimiento Hare Krishna compró la isla de Inish Rath en 1982, inspirándose en la tradición de los monjes católicos irlandeses de aislarse para meditar.
Tulasi Priyal, un adepto de 67 años de Dublín, afirma que el templo de la isla se convirtió en un "punto clave" para Hare Krishna y los hindúes en Irlanda.
Inish Rath también sirve como centro espiritual para la comunidad india de Belfast.
Aditi Mathur, de 29 años, oriundo del estado indio de Gujarat y empleado de Citibank en la capital de Irlanda del Norte, explica que la isla "te lleva a tus raíces cuando estás lejos de tu país".
A pesar del futuro incierto, Ruskin Khabibullin conserva una fe inquebrantable.
"Es imposible predecir si regresaré o no. Desconocemos lo que ocurrirá con Ucrania cuando termine la guerra", comenta.
Sea cual sea el futuro, "seguiremos practicando entre fieles, en Irlanda, Ucrania o en cualquier otra parte del mundo".
Edición: Emilio Gómez
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