El último integrante de una comunidad indígena en Tanaru, región de la Amazonia brasileña, falleció y con ello se consuma un genocidio que comenzó en la década de los 70.
De acuerdo con un comunicado emitido por la organización Survival International, la muerte de El hombre del agujero, como era conocido, está confirmada y no existen más habitantes en la zona.
El indígena era el último sobreviviente de una comunidad instalada en el estado de Rondonia que fue masacrada en diversos ataques con el fin de quitarles su territorio.
El hombre del agujero se resistía a cualquier contacto con otras personas, por lo que se desconocen más datos de él.
Su sobrenombre se originó por su costumbre de cavar agujeros profundos con estacas afiladas en el interior.
La comunidad indígena de Tanaru fue masacrada porque es tierra fértil para ganaderos, quienes pretendían quedarse con el territorio.
La última vez que fue grabado El hombre del agujero fue en 2018 y esta semana se confirmó su muerte.
Fiona Watson, directora de investigación y campañas de Survival International, conoció en 2004 el territorio donde vivía el hombre indígena y fue una de las encargadas de difundir la noticia de su muerte y de denunciar el genocidio.
“Nadie del exterior conocía el nombre de este hombre, y ni siquiera se sabía mucho sobre su pueblo… Ahora con su muerte se completa su genocidio. Porque esto trata realmente de un genocidio: la aniquilación deliberada de todo un pueblo por parte de ganaderos hambrientos de tierra y riqueza”, publicó Watson.
La especialista criticó que exista violencia contra los indígenas en nombre de la colonización y los beneficios económicos.
Lamentó que El hombre del agujero haya vivido tantos horrores y soledad después del asesinato de su pueblo.
“Resistió con determinación a todos los intentos de contacto y dejó claro que lo único que quería era que lo dejaran en paz. Si el presidente Bolsonaro y sus aliados del agronegocio se salen con la suya, esta historia se repetirá una y otra vez hasta que todos los pueblos indígenas del país sean aniquilados”, advirtió.
Survivor International realiza un movimiento con otras organizaciones civiles para que la reserva de Tanaru sea protegida de forma permanente como un memorial en honor a los indígenas masacrados.
Se trata de 8 mil hectáreas que actualmente tienen ordenanza de protección territorial, pero que se encuentran en riesgo debido a las intenciones del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de eliminar esta defensa.
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