En el Hospital Internacional Paideia, de Roma, Italia, los médicos han implementado la “cirugía despierta”, que mantiene conscientes a los pacientes durante las intervenciones y es así como lograron que un músico tocara el saxofón mientras le era extirpado un tumor del cerebro.
La cirugía, ya compleja por el hecho de localizar el tumor en una zona de difícil acceso, tuvo un grado más de dificultad al usar anestesia local para que el paciente pudiera continuar despierto.
El hombre, identificado con las iniciales G.Z., tiene 35 años, es zurdo y durante las más de nueve horas que duró la cirugía se mantuvo activo y tocando el saxofón.
La agencia de noticias Associated Press compartió un video de la intervención que puedes ver en este enlace.
El médico Christian Brogna, experto en cirugía de cáncer y “cirugía despierta”, explicó que ésta es una de las primeras operaciones de este tipo, pero que culminó con éxito sin comprometer las funciones neurológicas del paciente.
“La ‘cirugía despierta’ permite mapear con extrema precisión durante la cirugía las redes neuronales que subyacen a las diversas funciones cerebrales, como jugar, hablar, moverse, recordar y contar. El objetivo de la cirugía despierta es extirpar el tumor cerebral o una malformación vascular como los cavernomas ubicados en áreas específicas del cerebro, preservando la calidad de vida del paciente”, explicó en un comunicado.
Más de 10 especialistas participaron en la operación que implicó el trabajo de neurocirujanos, anestesiólogos, ingenieros, entre otros.
El médico que encabezó la operación destacó que la “cirugía despierta” permite mejores resultados cuando se realiza la extirpación de una patología porque se puede ver en tiempo real el funcionamiento del cerebro.
Jueza adscrita al penal estatal de Chalco amplió a octubre la etapa del cierre de investigación
La Jornada
Unos 3 mil productores serán beneficiados con sistemas modernos y eficientes
La Jornada Maya
Robert De Niro recibirá una Palma de Oro honorífica en el evento
Ap / Afp
Amenazó con suspender bienes y salarios a los más de 10 millones de indocumentados
La Jornada