En un pueblo de Islandia, donde predominan las leyendas de hechicería y brujería, se cree que algunos hombres usaban necropants o nábrók para tener dinero siempre.
El Museo de Hechicería y Brujería de Islandia incluso explica a las personas visitantes la forma en la que era hecha esta prenda, que comienza con la muerte de un amigo del hechicero que la usaría.
El hechicero tiene que hacer un pacto con un amigo, quien voluntariamente acepta donar la piel de la cintura para abajo. Tras la muerte del hombre elegido, el hechicero retira la piel con suma precisión para evitar hacer algún agujero.
Una vez que consigue el pantalón hecho con piel humana, el hechicero lo usa como una prenda común y le roba una moneda a una viuda pobre, la cual tiene que depositar en el escroto de los necropants.
Cuando esta moneda llegue a su destino, la bolsa del escroto permanecerá siempre llena de monedas.
El Museo, que se ubica en Holmavik, explica que los necropants tienen que ser heredados antes de la muerte del hechicero o de lo contrario el hombre se infestará de piojos al morir.
Además de exhibir una réplica de los necropants, el Museo de Hechicería y Brujería de Islandia resguarda prendas y objetos relacionados con estas prácticas durante los siglos XVI y XVIII.
Destaca que en Islandia eran más los hombres juzgados y quemados vivos por practicar magia oscura, en comparación con otras zonas de Europa donde principalmente las mujeres eran juzgadas al considerarlas brujas.
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