Ex presidente de Honduras condenado a 45 años de cárcel por tráfico de drogas en Estados Unidos

Juan Orlando Hernández utilizó a la policía y al ejército en el tránsito de cocaína
Foto: Ap

El ex presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, fue sentenciado el miércoles en Nueva York por permitir que narcotraficantes usaran al ejército y a la policía nacional de su país para ayudar a traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos.

El juez P. Kevin Castel sentenció a Hernández a pasar 45 años en una prisión federal. Un jurado lo declaró culpable en marzo en el tribunal federal de Manhattan tras un juicio de dos semanas, que fue seguido atentamente en su país de origen.

Hernández dijo ser inocente cuando se le dictó sentencia. También afirmó que fue acusado errónea e injustamente.

El ex mandatario enfrentaba una sentencia obligatoria mínima de 40 años y hasta cadena perpetua tras ser declarado culpable de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos y de dos cargos relacionados con armas de fuego. La fiscalía, que sostuvo durante el juicio que el ex presidente creó un narcoestado durante su presidencia (2014-2022).

Hernández, de 55 años, sirvió durante dos periodos como líder de la nación centroamericana, de aproximadamente 10 millones de habitantes.

Fue arrestado en su casa de Tegucigalpa, la capital hondureña, tres meses después de dejar el cargo en 2022, y fue extraditado a Estados Unidos en abril de ese año.

 

Red de tráfico

Según la fiscalía estadunidense, Hernández participó y protegió entre 2004 y 2022 -cuando era diputado, presidente del Congreso y luego presidente de la República- a una red que envió más de 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos.

A cambio, habría recibido millones de dólares de los cárteles, entre ellos del narcotraficante mexicano Joaquín "Chapo" Guzmán -condenado a cadena perpetua en Estados Unidos- y de crear un "narcoestado" durante su presidencia (2014-2022).

Honduras era una "super autopista" por donde pasaba buena parte de la droga procedente de Colombia con destino a Estados Unidos, recordó la fiscalía durante el juicio.

Extraditado en abril de 2022 a Estados Unidos, tres meses después de ceder el testigo de la presidencia a su sucesora la izquierdista Xiomara Castro, el condenado es el autor de la famosa frase "Le vamos a meter la droga en sus narices (a los estadunidenses) y no se van a dar ni cuenta", según un testigo.

Al ser preguntado por la Afp, el abogado defensor Renato Stabile con los ojos empañados, que "obviamente el fallo es duro, pero mentalmente es muy fuerte".

 

Doble discurso

Este fiel colaborador del gobierno del republicano Donald Trump (2017-2021) llegó a jactarse de los elogios de Washington por la labor de su gobierno en la lucha contra el narcotráfico.

El fiscal Jacob H. Gutwillig recordó al jurado que en público el acusado promovía leyes contra el narcotráfico y las extradiciones de narcos a Estados Unidos, se reunía con funcionarios y autoridades estadunidenses, pero "nada de esto deshace lo que el acusado hizo por detrás de las puertas".

 

"Es un narcotraficante", zanjó.

Desde 2014, Honduras ha extraditado a Estados Unidos 38 personas acusadas de narcotráfico. Otras se entregaron a las autoridades estadunidenses o fueron detenidas fuera del país.

El ex jefe de la policía Juan Carlos "Tigre" Bonilla y el ex policía Mauricio Hernández, que iban a ser juzgados con el ex presidente, se declararon culpables de tráfico de drogas unos días antes del inicio del juicio. Sus condenas se conocerán en los próximos meses.

Buena parte de la docena de testigos que presentó la fiscalía pusieron en evidencia la corrupción y los estrechos vínculos entre política y narcotráfico.

"La élite política, que es también la económica, ha operado en completa impunidad" durante los últimos 15 años, desde el golpe de estado del 2009, envalentonada por "el apoyo que recibió de gobiernos ex tranjeros pese a que sabían que estaba muy involucrada con el narcotráfico", dice a la Afp la activista estadunidense Karen Spring de la organización Honduras Solidarity Network.

"Todas las instituciones del Estado están muy penetradas por narcotráfico, en particular la policía y los militares", asegura.

Extraditado en abril de 2022, tres meses después de dejar la presidencia, el ex presidente seguirá así los pasos de su hermano Tony Hernández y de Geovanny Fuentes, un estrecho colaborador de éste, que cumplen cadena perpetua en Estados Unidos, al igual que Fabio Lobo, hijo del ex presidente Porfirio Lobo (2010-2014), y el diputado Fredy Renán Nájera, todos condenados por tráfico de drogas.

Edición: Emilio Gómez


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