Internacional > Política
Ap / Afp
05/11/2024 | Florida, Estados Unidos
El candidato republicano, Donald Trump, emitió su voto para las elecciones presidenciales y del Congreso de Estados Unidos en Palm Beach, Florida.
Señaló que no desafiará los resultados, "si es una elección justa, yo sería el primero en reconocer" las votaciones.
En declaraciones a los periodistas después de votar en Florida, Trump dijo que no tenía planes de decirle a sus partidarios que se abstuvieran de la violencia si perdía.
“No tengo por qué decírselo”, porque “no son personas violentas”, afirmó.
Trump planeaba visitar una oficina de campaña cercana para agradecer a quienes trabajaban en su nombre.
Harris visita el centro telefónico del Comité Nacional Demócrata en Washington
Kamala Harris aprovechó su visita a una conferencia telefónica organizada por el Comité Nacional Demócrata el martes para agradecer a los partidarios que trabajan para que la gente vote y para hacer llamadas ella misma.
El banco de telefónico está ubicado dentro de la sede del DNC, justo al lado del Capitolio, en la capital del país.
“El camino a la Casa Blanca pasa por Carolina del Norte”, dijo Harris en una entrevista en Foxy 107.1 de Raleigh. “Y es una carrera reñida. Estamos empatados. Cada voto importa”.
Harris le dijo a la presentadora Karen Clark que planea trabajar por teléfono hasta que cierren las urnas para conseguir todos los votos que pueda.
“Se trata de pasar página y traer una nueva generación de liderazgo para Estados Unidos”, dijo Harris.
Los bancos telefónicos funcionan en todo momento alrededor de una elección, pero el día de la elección esos bancos telefónicos a menudo se concentran en llegar a personas que aún no han emitido su voto o a votantes con baja propensión a votar que podrían ser empujados a las urnas mediante una llamada.
EU elige entre Harris y Trump
Los estadunidenses eligen este martes si convierten a Kamala Harris en la primera mujer presidenta o dan las llaves de la Casa Blanca por segunda vez a Donald Trump, en medio de una gran incertidumbre que tiene al mundo en vilo.
La reñida carrera entre la vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano está a punto de finalizar pero se ignora si se tardará horas o días en conocer quién ganó.
No hay favorito. Están empatados en las encuestas en los siete estados en los que se decidirá el vencedor: Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia, Arizona y Nevada. El resto suelen dividirse entre los tradicionalmente demócratas o republicanos.
Votantes hacían fila antes del amanecer en algunos colegios electorales de la costa este, los primeros en abrir. Más de 82 millones de electores, ya votaron anticipadamente.
Muy divididos
"Estamos muy divididos, ella está a favor de la paz y todo lo que dice su oponente es muy negativo", declaró a la AFP Marchelle Beason, de 46 años, en Erie, una ciudad de Pensilvania.
Pero para Darlene Taylor, de 56 años, lo principal es «cerrar la frontera» con México para cortar el paso de los migrantes, la gran promesa de Trump.
Gane quien gane, el resultado será histórico. Él obtendría el segundo mandato no consecutivo de un presidente desde 1893 y ella, negra y de ascendencia surasiática, se convertiría en la primera mujer en el cargo más importante de la nación.
La demócrata y el republicano subrayaron sus diferencias hasta los últimos minutos de campaña.
"Tenemos una oportunidad en estas elecciones de finalmente pasar página a una década de política guiada por el miedo y la división. Estamos hartos", dijo Harris en Pensilvania, donde insistió en que "cada voto cuenta".
Con un programa electoral vago pero centrista para intentar captar a los republicanos moderados, Harris propone firmeza frente a la inmigración ilegal, mejoras para la clase media y la defensa del derecho al aborto.
Trump, candidato a la Casa Blanca por tercera vez, prometió en Míchigan "arreglar todos y cada uno de los problemas" y llevar a Estados Unidos y "al mundo a nuevas cimas de gloria", una "edad de oro".
La noche electoral se anuncia larga
Para ser presidente en Estados Unidos no basta con tener más sufragios que el oponente. Hay que conseguir el número mágico de 270 votos en el colegio electoral, integrado por 538 delegados que teóricamente deben respetar la voluntad del pueblo.
También está en juego el control del Congreso, con la renovación de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 sobre 100 en el Senado.
Lo que sucederá a continuación es una incógnita.
Ambos bandos han emprendido decenas de acciones legales.
Dos de cada tres estadunidenses temen un estallido de violencia poselectoral.
Algunos colegios electorales se han convertido en fortalezas, vigilados por drones y con francotiradores en los tejados.
Los funcionarios electorales están entrenados para atrincherarse en una habitación o utilizar una manguera contraincendios.
En Washington, la capital federal, las barreras metálicas rodean la Casa Blanca y el Capitolio.
Un número impresionante de comercios han protegido sus escaparates con tablones de madera.
Las imágenes del 6 de enero de 2021, cuando simpatizantes de Trump atacaron la sede del Congreso estadounidense, siguen en mente de todos.
Nada indica que se vaya a repetir, pero el republicano, que no piensa presentarse a las elecciones de 2028, ya acusa a los demócratas de "hacer trampas".
Sigue leyendo:
Edición: Estefanía Cardeña