El cuerpo de agua comparte fronteras entre Estados Unidos y México. La orden de Trump solo tiene autoridad dentro de Estados Unidos. México, así como otros países y organismos internacionales, no están obligados a reconocer el cambio de nombre.
Los demócratas dijeron que la votación demostró que los republicanos no se centran en las prioridades de la mayoría de los estadunidenses. El representante de Nueva York, Hakeem Jeffries, el principal demócrata de la Cámara, pidió a los demócratas que votaran en contra de esta “pieza de legislación tonta, mezquina y servil”.
“Es fácil burlarse de esta legislación porque es tan absurda y vergonzosa, y lo hemos hecho”, dijo la representante demócrata de Pensilvania, Mary Gay Scanlon. “Pero su mera existencia y el hecho de que los republicanos de la Cámara hayan elegido desperdiciar tiempo y dinero de los contribuyentes para llevarla a votación, merece ser considerado”.
Los republicanos dijeron que la nomenclatura del Golfo se remonta a una época anterior a la existencia de Estados Unidos y cuando la influencia española sobre Centroamérica y el Caribe estaba en su apogeo. Pero ahora, Estados Unidos domina la actividad económica en el lugar.
La representante republicana de Carolina del Norte, Virginia Foxx, manifestó: “En resumen, esta legislación reconoce la influencia estratégica que Estados Unidos tiene sobre esta zona geográfica, sin mencionar el poder económico, cultural y comercial existente que ejercemos pasivamente sobre el Golfo”.
El proyecto de ley fue propuesto por la representante republicana de Georgia, Marjorie Taylor Greene, aliada de Trump y una voz influyente en la conferencia republicana, quien usó una gorra roja de “Make America Great Again” (“Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”) durante el discurso del Estado de la Unión del año pasado.
“El Golfo de Estados Unidos es una de las cosas más importantes que podemos hacer en este Congreso”, afirmó Greene, y añadió que ello promueve el orgullo en el país.
El Golfo de México ha llevado ese nombre durante más de 400 años. The Associated Press se refiere a él por su nombre original mientras reconoce el nuevo nombre que Trump ha elegido. La Casa Blanca actuó en febrero para impedir que la AP forme parte del pequeño grupo de periodistas que cubren a Trump en la Oficina Oval o a bordo del Air Force One, con capacidad esporádica para cubrirlo en eventos en la Sala Este.
La AP demandó a tres funcionarios del gobierno de Trump con respecto al acceso a eventos presidenciales, citando la libertad de expresión al pedir a un juez federal que detenga el bloqueo de sus periodistas.
El mes pasado, un juez federal ordenó a la Casa Blanca restaurar el acceso completo de la AP para cubrir eventos presidenciales, afirmando, con base en la Primera Enmienda, que el gobierno no puede castigar a la organización de noticias por el contenido de su discurso.
Los líderes republicanos de la Cámara promovieron la legislación durante una conferencia de prensa a principios de la semana.
La presidenta de la Conferencia Republicana de la Cámara, Lisa McClain de Michigan, expresó: “El pueblo estadunidense paga la factura para proteger y asegurar el Golfo de Estados Unidos. Es justo que se le nombre adecuadamente”.
Varios demócratas se pronunciaron en contra del proyecto de ley en el pleno de la Cámara.
El representante demócrata de Nueva York, George Latimer, comentó: “En lugar de aranceles alucinantes, regalos a multimillonarios y renombrar cuerpos de agua, deberíamos estar votando sobre proyectos de ley que reduzcan los costos para la familia promedio”.
“Nadie clama por renombrar un cuerpo de agua”, dijo Latimer “Quieren facturas de supermercado más bajas”.
Edición: Ana Ordaz