El estudio de animación estatal ruso, Soyuzmultfilm, solicitó registrar la patente de la marca Chebubu, una fusión entre los populares juguetes chinos Labubu y el personaje de animación soviética Cheburashka, informó este lunes Yuliana Slasheva, directiva de la empresa cinematográfica.
"Soyuzmultfilm tomó la decisión de registrar la marca Chebubu para proteger a Cheburashka como parte de la lucha contra posibles falsificaciones y evitar que otras empresas lancen juguetes similares", afirmó Slasheva a la agencia TASS.
La presidenta de la junta directiva afirma que este año el estudio presentará su propia colección de juguetes llavero diseñados con los personajes de Soyuzmultfilm, compañía fundada en 1936 para aglutinar los estudios de animación soviéticos.
La agencia de propiedad intelectual rusa, Rospatent, recibió la solicitud para registrar la marca Chebubu el viernes pasado.
Sin embargo, esta idea no ha sido bien recibida en la Duma Estatal rusa, donde la presidenta del Comité de Familia e Infancia, Tatiana Bútskaya, lo ha descrito como inapropiado y poco original.
También te puede interesar: El mundo enloquece por los Labubus: ¿por qué todos están obsesionados?
Según la parlamentaria, "es completamente inapropiado que nos adaptemos a las tendencias globales de esta manera" utilizando un personaje "con el que han crecido generaciones de niños".
"Creo que no es exactamente la dirección en la que deberíamos trabajar. No deberíamos admirar a quienes ya han hecho algo y repetirlo, sino que nuestra tarea debe ser hacer algo propio, que todo el mundo admire", señaló.
Cheburashka, un personaje pequeño y peludo, es uno de los protagonistas de literatura infantil escrita por Eduard Uspenski en la segunda mitad del siglo XX, cuando pocos años después se le trasladó a la pantalla apareciendo en varios cortometrajes de animación dirigidos en los estudios de Soyuzmultfilm.
Labubu es una creación del ilustrador hongkonés Kasing Lunk que comenzó a producir la empresa china Pop Mart en forma de peluche llavero.
A pesar de que se producen desde 2019, su popularidad despegó en todo el mundo en 2024 y se ha convertido en un objeto de colección y tendencia en redes sociales.
Edición: Ana Ordaz
Esperan que el proyecto atraiga inversiones, visitantes y nuevas oportunidades para México
Miguel Améndola
Algunos por el alto grado de deterioro representan un peliggro para la población
La Jornada Maya
