El gran Casey Stengel describió a la perfección -con una frase- lo dominante, efectivo y confiable que solía ser Whitey Ford, tal vez el mejor lanzador en la historia de los Yankees de Nueva York y Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1961, que falleció el viernes pasado: “Si había un juego que tenías que ganar, y que tu vida dependiera de ello, querías que él lo lanzara”. Ford, el neoyorquino que registró el mejor porcentaje de victorias entre todos los lanzadores en el siglo XX y condujo a los Bombarderos del Bronx a convertirse en perennes campeones del beisbol en las décadas de 1950 y 1960, murió a los 91 años.
Un integrante de su familia reveló a The Associated Press que Ford falleció en su hogar en Long Island la noche del jueves. Apodado el “Presidente de la Directiva”, Ford era un astuto zurdo que lanzó en Grandes Ligas de 1950 a 1967, siempre con los Yankees. Es considerado uno de los pítchers más confiables en la historia de las Ligas Mayores. “Tenía nervios de acero”, señaló Mickey Mantle, quien fue su compañero de equipo y buen amigo.
Edición: Ana Ordaz
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