Nuevo modelo de familia “patchwork”

Notimex
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La Jornada Maya

Berlín
Domingo 15 de mayo, 2016

Alemania celebra hoy el Día Internacional de la Familia entre el modelo de familia tradicional: un matrimonio entre un hombre y una mujer y sus hijos biológicos, y la multiplicidad como los matrimonios “light”, uniones homosexuales o la familia “patchwork”.

Para todos ellos y sin importar el modelo, los alemanes celebran el Día de la Familia con numerosas acciones en todo el país y la búsqueda de nuevas formas de organización para dedicar el tiempo suficiente a la pareja e hijos, y compatibilizar la vida laboral con la familiar.

Uno de los modelos que avanza a ritmo desenfrenado en el país es el conocido como el “patchwork”, la unión de una pareja que reúne a sus hijos de matrimonios o parejas anteriores de forma que al menos uno de los padres no es el biológico.

No hay estadísticas exactas pero se calcula que entre el 7.0 y el 13.0 por ciento de las familias alemanas están organizados de esta forma de familia, hasta el punto de que la Iglesia alemana está optando ya por su reconocimiento.

El alto porcentaje de familias “patchwork” no es extraño se tiene en cuenta que en Alemania, el 50.0 por ciento de los matrimonios se divorcian en los primeros siete años y más de la mitad de los divorciados encuentra una nueva pareja en menos de un año, según las estadísticas.

La tradicionalmente bautizada familia con madrastra, padrastra o hermanastros, y que hasta el siglo XX se formaba tras la muerte de algún miembro de la pareja y motivada por la necesidad de seguridad social y financiera, recibe ahora un nombre más divertido, lejos de la connotación de maldad y con múltiples variantes:

La madre trae a los hijos a la nueva relación, o lo hace el padre, o ambos o a veces los hijos de alguno de ellos viven con el ex compañero y se unen a la familia el fin de semana, sumando también a los hijos que nacen de la nueva relación, que los expertos reconocen hasta 74 modelos distintos.

Las nueva familias, cuya aceptación social aumenta rápido en Alemania, suponen modelos tan diferentes de vida familiar y de formación, que incluso el Estado y organizaciones públicas asesoran la mejor forma de integrar a los hijos en los nuevos modelos para que los cambios no interfieran en su desarrollo.

También ayudan a los padres en la relación con sus hijos no biológicos, que conviven bajo el mismo techo, y el Estado asesora y también han proliferado numerosas páginas Web, en las que se ofrecen consejos al respecto.

Porque no sólo los niños sufren, muchos padres también tienen miedo a ser rechazados o equivocarse si no tienen suficiente experiencia y los hijos pueden verse obligados a vivir en varias familias, las que forman sus dos padres.

Valor, paciencia y mucha tolerancia son las recetas que suelen dar los expertos para que la convivencia sea posible en estas nuevas formas de familia “patchwortk” o en los nuevos modelos como familias monoparentales o parejas homosexuales.

Sin embargo, sociólogos reconocen que los niños que crecen en formas alternativas de familia por lo general son capaces de asumir más responsabilidades, son más sensibles a la discriminación y flexibles en cuanto a la adopción de roles de género, que los de una tradicional.

Otro de los nuevos modelos cada vez más frecuentes en Alemania es de la “Wilde Familie” (familia salvaje) o familia “light”, que supone la unión de una pareja que vive junta de forma estable pero sin casarse formalmente, algo que la ley Alemana ya reconoce con derechos.

El mejor ejemplo de ello es el caso del propio presidente del país, Joachim Gauck, casado y separado de su esposa desde hace 20 años –aunque no divorciado oficialmente- y que convive con su compañera sentimental desde hace muchos años.

Pese a no estar casados, Daniel Schadt ejerce como la primera dama y es reconocida como tal, algo que la opinión pública no ve con malos ojos.

Schadt acompaña a Gauck en los viajes oficiales y encabeza las recepciones oficiales en el palacio oficial de Bellevue en Berlín, así como preside actos ejerciendo plenamente de pareja oficial.

Esta “Wilde Ehe” es la forma más sencilla de unión: no requiere un oficiador de ceremonia o testigos, sino simplemente entregar un formulario a las autoridades civiles ante un juzgado o un notario en el que prometen ayudarse y prestarse solidaridad recíprocamente.

Un proceso sencillo, igual que la separación, que sin embargo permite ventajas fiscales y sociales, hasta ahora sólo reservadas a los matrimonios.

Desgravaciones fiscales, pensiones por fallecimiento o días para visitar a la pareja en el hospital son algunos de los derechos asociados a este contrato, que sin embargo mantiene la separación de bienes, contrario que en el matrimonio tradicional.

Ese tipo de unión fue pensado originalmente para parejas homosexuales, otro tipo de modalidad familiar, que avanza hacia la legalización en Alemania.

El matrimonio entre personas del mismo sexo no está reconocido en la legislación alemana, pero en abril pasado la Iglesia Evangélica dio un paso de gigante en esa dirección, al anunciar que la aprobará a partir julio, aunque no permitirá a sus pastores ejercerlo, acogiéndose a la objeción de conciencia.

Jörg Steinert, representante de la Iglesia Evangélica (a la que pertenece Gauck y la canciller federal, Angela Merkel) en Berlín, Brandeburgo y Oberlausitz, dijo que con ese paso la institución “se adelanta al Estado en la no discriminación” a las parejas del mismo sexo.

El obispo católico de Berlín, Markus Dröge, también ha reiterado la necesidad de dar cabida en la Iglesia a las parejas que quieren formar una familia desde la diversidad, pero “cumpliendo las obligaciones que marca la Iglesia”.

Hasta ahora la legislación alemana contempla una figura legal, la “eingetragene Lebenspartnerschaft”, una especie de unión civil, para los homosexuales, pero les niega el nivel de matrimonio.

El año pasado, el Bundesrat (Cámara Alta del Parlamento) aprobó una resolución, en la que pide el reconocimiento de ese matrimonio y de los derechos de adopción de niños, para “poner fin a la discriminación a las parejas del mismo sexo”.

Sin embargo, la iniciativa no llegó a más, principalmente por la oposición de la conservadora Unión Democristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), aunque las encuestas apuntan a que el matrimonio homosexual cuenta con un gran respaldo: tres de cada cuatro alemanes.