La Jornada Maya
Foto: Víctor Camacho
Ciudad de México
Lunes 21 de enero, 2019
Petróleos Mexicanos (Pemex) hizo lo correcto el viernes al no cerrar, de manera abrupta, el ducto en el que se registró la toma clandestina en Tlahuelilpan, Hidalgo, y que derivó en una explosión que ha dejado hasta este lunes 90 muertos, aseguró el analista del sector de energía Ramsés Pech.
“Operativamente fue lo correcto; no se puede cerrar de manera abrupta” un ducto en condiciones similares a las observadas el viernes, dijo en una entrevista radiofónica.
Explicó que si el ducto se hubiera cerrado en los dos lados (es decir en origen y destino) se habría incrementado la presión y hubiera provocado una explosión de mayor índole.
El objetivo de no haber cerrado las válvulas fue para dejar que la presión del ducto se diluyera de manera natural. “Lo que hizo Pemex fue dejar abierto un lado del ducto, del lado que era mejor, y fue el tramo que llega a la refinería de Tula”, que está a 13 kilómetros de la toma clandestina. Fue un proceso de “escurrimiento del producto”, agregó el especialista.
Pech abundó que el diámetro de la tubería en Tlahuelilpan es de entre 14 y 18 pulgadas, pero el diámetro de la toma clandestina era apenas de una pulgada.
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