Uno de los rituales más destacados del Día de Muertos en México se realiza en la comunidad de Tiríndaro, Michoacán, donde desde al menos hace 800 años se realizan actividades colectivas para honrar a las ánimas.
La conmemoración comienza el 31 de octubre, cuando todos los integrantes de este poblado participan en la procesión, encabezada por las mayordomías de la Virgen del Rosario, quienes se encargan de decorar la cruz comunal con pétalos de cempasúchil.
En este punto también se colocan ofrendas de frutas, velas, panes y otras flores como la orquídea lila. Este día es para las ánimas que ya no cuentan con ningún familiar vivo.
El 1 de noviembre está dedicado a los niños fallecidos y a las mujeres que no se casaron. A estas personas se les colocan arreglos florales con forma de ángel o muñeca.
El 2 de noviembre es la conmemoración principal, el Día de los Fieles Difuntos, dedicado para todas las ánimas de personas adultas. Este día los protagonistas son los pirírikuas, que son vistosos arcos florales.
Al mismo tiempo que se realizan estas actividades en el cementerio, la población coloca altares domésticos con copal, flores, fruta, agua, manteles bordados a mano y las fotografías de los difuntos.
Este ciclo ceremonial tendrá un espacio temporal en el Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México, donde a partir de este viernes 27 de octubre se expondrá una ofrenda y una muestra de objetos como trajes etnográficos, fotografías del paisaje e imágenes de los entierros humanos.
Al mediodía, personas oriundas de Tiríndaro ofrecerán una versión sintetizada de los tres días del ritual.
Culto a las ánimas en Tiríndaro, Michoacán estará abierta al público durante dos semanas y la muestra temporal se quedará hasta fin de año.
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Efe
