Juan Manuel Vázquez
Un nuevo conflicto se vislumbra en el deporte mexicano. Un desencuentro que reproduce el que vivieron los deportes acuáticos recientemente, pero ahora se trata de la esgrima tras el desconocimiento, en julio, del que fuera presidente de la Federación Mexicana de la especialidad, Jorge Castro Rea, a quien acusan de falsificar un documento que lo acreditaba en ese cargo. Lo cual, además de una falta grave a los estatutos de una federación internacional, constituye un probable delito en las leyes mexicanas, explica Luis Jiménez, representante legal de la asociación queretana de este deporte, quien interpuso una demanda contra el ex dirigente.
La decisión de la Federación Internacional llevó a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) a revisar el caso y a revocar su registro en septiembre. Además, el organismo que regula esta especialidad en el mundo convocó a integrar un comité de transición para crear una nueva federación.
Terrorismo gubernamental
El Comité Olímpico Mexicano (COM) se opone a esta propuesta y al desconocimiento de Castro Rea, pues alega que hay una violación a la Carta Olímpica por parte de la federación internacional, específicamente de neutralidad política, además de acusar a la Conade de terrorismo gubernamental hacia las federaciones que no le son afines, según expresó en una misiva que se hizo pública.
Es falso que la medida de la Federación Internacional de Esgrima viole estatutos de la Carta Olímpica, argumenta Jiménez; lo que sí es verdad es una contradicción increíble del COM respecto de la postura que asumió en el conflicto de los deportes acuáticos, en el que pidió a Conade que desconociera al titular de esa organización, pero ahora de manera contradictoria y absurda se opone en esta nueva situación.
Hasta agosto pasado, la Conade se resistía a desconocer al presidente de la Federación Mexicana de Natación, Kiril Todorov (sobre quien pesaban varias acusaciones), mientras el COM exigía en ese caso que se pronunciara contra el dirigente. Esta vez –advierte Jiménez– los roles parecen invertidos, pues es el comité olímpico el que se niega a acatar la decisión de una instancia internacional con facultades sobre el tema.
Ahora es el COM el que no quiere desconocer a Castro y lo protege a ultranza por cuestiones personales y no por razones de estatutos o leyes. Eso es lo más increíble de este caso, porque ha cambiado su postura respecto a lo que defendió en el conflicto de los deportes acuáticos y en este de la esgrima, agrega.
Lucha interna
“La Federación Internacional tiene la autonomía y facultad de desconocer a una nacional, hay elementos para hacerlo, y Conade, por su parte, tiene también la obligación de revocar el Registro Único del Deporte, de acuerdo a la Ley General de Cultura Física y Deporte.
Habría que preguntarle a María José Alcalá (presidenta del COM), cuáles son las razones legales y estutarias por las que apoya a una persona que ha cometido un delito en nuestro país, que es el uso de documento falso para postergar o extender la gestión de una administración, plantea Jiménez.
Este conflicto, que involucra siglas de federaciones y autoridades, no es una simple lucha interna por el control de los organismos, advierte Jiménez. Además de que refleja la falta colaboración entre dirigentes y oficinas, algunos de estos desencuentros pueden afectar el interés colectivo y provocar un daño en el erario.
Edición: Estefanía Cardeña
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