Con más presencia de reporteros, fotógrafos y camarógrafos de diversos medios de comunicación que de admiradores, la despedida de Paquita la del Barrio en la Ciudad de México comenzó esta mañana en la agencia funeraria J. García López, en la colonia Juárez, de donde el cortejo fúnebre con las cenizas de la cantante partió rumbo a la colonia Guerrero, su lugar de residencia durante varios años.
A bordo de una antigua carroza fúnebre, el cortejo hizo una primera escala en la Plaza de Garibaldi, donde la intérprete era esperada por más de una centena de admiradores y algunos mariachis, lanzando porras, coreando su nombre y gritos de “te vamos a extrañar”, “te queremos mucho “ y “no te vamos a olvidar”.
Un colectivo de mariachis, entre ellas alumnas de la escuela de la especialidad que tiene ahí su sede, recibieron con Las Golondrinas al vehículo que transportaba la urna con las cenizas, entre empellones de los representantes de los medios de comunicación y reclamos de los admiradores, curiosos y transeúntes exigiendo que se les permitiera ver y estar cerca de su estrella musical.
Una segunda melodía, Amor eterno, sonó de los músicos mientras los reunidos en este emblemático e histórico punto de la vida vernácula y nocturna de esta urbe unieron sus voces para entonar de forma sentida ese llegador tema de Juan Gabriel, integrando un espontáneo coro.
Y llegó una tercera pieza, igual de sentida y llegadora, Libro abierto, cantada con el mismo sentimiento y entusiasmo.
Nuevamente, del mariachi irrumpieron la música y la letra de Las Golondrinas mientras algunos admiradores de Paquita lloraban desconsoladamente y tocaban la vitrina de madera en la que se transportaba la urna.
Ésta fue subida de nuevo a la carroza al terminar esa tercera pieza. Ente aplausos, porras y gritos de “ viva”, “guerrera” , “hasta pronto” y ‘te extrañaremos” el vehículo dejó Garibaldi.
Un tumulto de personas portando retratos de Paquita la del Barrio y entonando porras y lanzando el grito desenfrenado/omnipresente/omnipotente de ¡¡¡Paquita!!!, ¡¡¡Paquita!!!, acompañados de canciones de mariachi y tambora que sirvieron de telón de fondo Amor de los dos, Amor eterno, De mi amor a tu amor… recibieron el cortejo fúnebre de la popular cantante en su hábitat natural: Casa Paquita.
La necesidad de los coterráneos de darle el último adiós a la cantante tomó la calle de Zarco en la colonia Guerrero para poder otear el ataúd, acompañarla mostrando un retrato autografiado, lanzarle un grito disipado desde dentro de sus corazones a la Paquita. “que me ayudó en cuando más lo necesitaba”.
Antes de llegar a Casa Paquita, el restaurante-bar de la cantante en aquella popular colonia capitalina, el cortejo hizo una parada más, en el mercado Martínez de la Torre, donde aquella tenía un local comercial.
Foto: Yazmín Ortega
Allí, en la calle contigua de aquel recinto comercial, fue recibida de manera tumultuaria, con cartulinas y flores blancas, por cientos de seguidores, y una bocina en la que se reproducían algunos de sus éxitos: como Rata de dos patas, Cheque en blanco y Tres veces te engañé, cantadas a pulmón abierto, desgañitadamente, sobre todo por las voces femeninas.
Al mismo tiempo, en torno de la carroza, sin importar la inclemencia del sol del mediodía, la multitud entonaba al unísono temas como Vive, Un puño de tierra, Caminos de Gunajuato y Cuando dos almas, acompañada por un mariachi y músicos callejeros.
La carroza avanzó lenta y caóticamente entre un maremágnum humano hacia el destino final, al tiempo de que del altavoz de un puesto callejero de discos compactos y mp3 se escuchó a todo volumen el ya legendario: “Me estás oyendo, inútil”.
A las 13 horas comenzó una misa en Casa Paquita y al término de la misma se dará acceso al público que quiera rendirla honores y despedirla.
