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La Jornada Maya
22/07/2025 | Ciudad de México
Debido a que la resistencia antimicrobiana es una de las 10 principales amenazas de salud pública que enfrenta la humanidad, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, Alba Romero Rodríguez, estudia qué bacterias del intestino tienen genes que ya no responden a antibióticos.
La experta explicó que en el colon vive un conjunto de microorganismos -bacterias, levaduras, hongos filamentosos- que componen la microbiota y entre ellos hay bacterias capaces de formar esporas, que son estructuras que les permiten sobrevivir aun cuando el ambiente no es el adecuado, debido a la temperatura, el oxígeno, incluso en ausencia de nutrientes.
“Nos enfocamos a buscar si estas bacterias, que en su mayoría son benéficas, pueden tener genes de resistencia a antibióticos, que sean de preocupación nacional o mundial”, señaló la integrante del Departamento de Biología Molecular y Biotecnología de la universidad nacional.
Para ello, analizan muestras de materia fecal que obtienen de donadores sanos y también muestras que les proporcionan hospitales públicos.
Se centran especialmente en microorganismos del género que pueden causar diarrea y afecciones intestinales serias en personas vulnerables, como adultos mayores, así como algunos Bacillus.
La académica detalló que las esporas protegen la información genética de la bacteria y le permite soportar factores ambientales extremos porque la célula está como si fuera una roca, viva, pero metabólicamente no activa.
“Los genes de resistencia a los antibióticos no necesariamente son malos, pueden ser parte de la información genética de las bacterias y les sirven como defensa. Por ejemplo, durante un tratamiento antibiótico si las bacterias intestinales no tuvieran ningún gen de resistencia, se eliminarían totalmente”, puntualizó.
Por fortuna, precisó la investigadora, en sus estudios han encontrado que en donadores sanos hay muy pocos genes de resistencia a bactericidas que se puedan transferir a otras.
En las muestras de personas hospitalizadas se ha identificado mayor enriquecimiento en genes de resistencia, asociados a bacterias patógenas. Ejemplo de ello es la infección por Clostridioides difficile que forma esporas y acumula muchos genes de resistencia a antibióticos. Actualmente se analiza a cuáles bactericidas lo es.
“El problema con esta bacteria se agrava debido a que hay pocos antibióticos para tratarla y el uso de los mismos, si la bacteria es resistente, empeora la enfermedad. Algunos como la Vancomicina se usan después de que han fallado otros”, manifestó la investigadora.
Asimismo, han detectado que este patógeno que forma esporas se mantiene fácilmente en los hospitales y que los médicos lo mueven entre los pacientes debido a que permanecen sobre las superficies.
La especialista de la UNAM insistió en que tener una microbiota intestinal saludable -microorganismos que viven en nuestro cuerpo- y hábitos de higiene como lavarse las manos adecuadamente, puede evitar tener una infección y requerir un antibiótico.
Edición: Fernando Sierra