Xolos Tarango, criadero dedicado a preservar la raza canina mexicana

Un perro de compañía, de protección y muy apegado a su dueño, así describe al xoloitzcuintle Jorge Alvarado, dueño de Xolos Tarango, un criadero con más de 20 años de experiencia que busca la preservación de la raza canina mexicana.

“Es una de las bellezas de México para el mundo”, enfatiza Alvarado.

Aunque los xoloitzcuintle son popularmente conocidos como perros pelones, existe la variante de la raza con pelo. “En todas las camadas nacen ejemplares completamente cubiertos con pelo y sin pelo, que son los más conocidos. Queremos que las personas los conozcan y los aprecien de la misma forma”. Dar a conocer la dualidad de la raza es uno de los propósitos de Xolos Tarango, explica el dueño del criadero ubicado en la Ciudad de México, donde es posible adoptar un xolo. 

Genéticamente, el ejemplar con pelo es más fuerte que uno sin pelo -característica que viene de un gen dominante recesivo-. “El ejemplar sin pelo es como un perrito que en su proceso de gestación no terminó de desarrollarse, por eso nace sin pelo; y el que tiene pelo es la parte fuerte, entonces para que puedan sobrevivir todos, pelones y peludos, en algún momento de la reproducción, debe haber un ejemplar con pelo”.

Criadero familiar

En Xolos Tarango, los perros son acogidos por la familia Alvarado, “la rutina comienza antes de las siete de la mañana para estar con los perritos: hacer la limpieza de sus casas, alimentarlos y atenderlos”.

Los canes conviven con los miembros de la familia las 24 horas del día, asegura el dueño. Se trata de un concepto de criadero familiar, donde reciben “atención completa” que incluye una alimentación de calidad y servicio veterinario.

La compañía es esencial para la vida del animal, asegura Jorge, “necesita la constancia de su familia, de los suyos, de sus dueños; si lo abandonan entristece y puede morir. Es un perrito para estar con su familia”.

Los xolos en México y el mundo

Todos los xolos que han sido registrados o catalogados en el mundo como razas auténticas, surgieron de tan solo unas decenas de ejemplares encontrados en México durante los años cincuenta, principalmente en el estado de Guerrero, cuenta Alvarado. 

En México se estiman alrededor de 8 mil ejemplares registrados en el país, sin embargo, “no todos siguen con vida. Hay muy pocos”. La Federación Canófila Mexicana, encargada de registrar a los canes auténticos, consiguió en 2016 el reconocimiento de la raza como Patrimonio de la Ciudad de México.

La labor por preservar la raza persiste en otros países, los ejemplares de Tarangos se han distribuido en España, Alemania, Estados Unidos, Ecuador, Costa Rica, Canadá, Francia, Australia y a lo largo y ancho de México, indica el sitio oficial del criadero. Rusia, señala el entrevistado, es un país muy interesado en la raza, con el mayor número de ejemplares después de México, donde hay “muy buenos programas de reproducción”. 

Peligro de extinción

A pesar de la labor de los criaderos de xolos, Alvarado asegura que “el esfuerzo es mínimo, porque nosotros afirmamos que la raza continúa en peligro de extinción”.

La consideran en peligro de extinción por varias razones, una de ellas es que son pocos los ejemplares que se registran; otra, es la forma errónea en la que se reproduce la raza, con prácticas de consanguinidad, por ello la búsqueda de nuevos ejemplares es fundamental. “Por ignorancia, se reproduce pelón con pelón y a partir de la tercera generación las crías nacen muy débiles y hay una baja muy considerable de ejemplares”.

En Tarango no se practica la consanguinidad y se reproducen en parejas de pelón con peludo, reduciendo a la vez el número de bajas.

En México, la raza se enfrenta a la reproducción de perros “mestizos” que se hacen pasar por xolos, es decir, perros cruzados con otras razas -por ejemplo el chihuahua-, lo cual “demerita su desarrollo, y seguro tendrá problemas a futuro de salud porque no es su genética”.

El esfuerzo por conservar y difundir la raza es una labor grande, señala Alvarado, “trabajamos incansablemente todos los días para preservarla y que pueda servir como un legado y parte del patrimonio al país”. Xolos Tarango busca que la raza sea reconocida como Patrimonio Cultural Vivo de México, “y no tengamos que reconocerlo en un futuro como patrimonio cultural extinto”.

La labor de Xolos Tarango

Desde el año 2000, Xolos Tarango se ha dedicado a la búsqueda de ejemplares auténticos dentro y fuera del país, “he traído perros de muy lejos, de Guatemala, por ejemplo”. Durante el 2020, el criadero ha ubicado a más de 90 ejemplares, dentro y fuera del país.

Sobre las cifras del número de xolos, Alvarado señala que los perros se registran en el país, pero una vez que lo abandonan se registran en otro, por lo que las cifras continúan en estudio. “Hoy, hay perros en todo el mundo”, pero insiste, “es un perro en estudio”.

El criadero ofrece al público un procedimiento de adopción, de ejemplares con pelo y sin pelo. Más información en xolostarango.mx