Emir Olivares Alonso
Foto: Ap
La Jornada Maya
Ciudad de México
Martes 21 de junio, 2016
Científicos de varios países emprendieron un proyecto para indagar las razones por las que se ha dado una drástica reducción de las poblaciones de abejas en todo el planeta.
Este fenómeno podría afectar de manera grave al ser humano, debido a que ese insecto participa en la polinización de 75 por ciento de las frutas y verduras consumidas por la humanidad.
Con esta iniciativa se colocarán microsensores en poblaciones de abejas para completar su información genética, explicó Mauricio Quesada Avendaño, especialista de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia, y del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM, desde donde se encabeza el proyecto en México.
“Queremos saber cuántas abejas salen de la colmena y cuántas regresan, cuáles son sus rutas, sus enemigos naturales (entre los que se encuentran ácaros, bacterias, virus y escarabajos), de qué recursos florales dependen y algunos aspectos genéticos que desconocemos”.
El declive en el número de abejas es una preocupación mundial. Un reciente reporte de la Plataforma Intergubernamental de Política Científica sobre la Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas, establece que esto tendría implicaciones no sólo en la agricultura, sino en la economía, pues ese 75 por ciento de los cultivos globales tienen un valor anual de entre 235 mil millones a 577 mil millones de dólares.
Este proyecto se enmarca dentro de la Iniciativa Global para la Salud de las Abejas Melíferas. Los especialistas colocarán los microsensores milimétricos en el tórax de ciertas poblaciones de abejas para estudiar su comportamiento en las colmenas.
El universitario, quien también es el responsable del Laboratorio Nacional de Análisis y Síntesis ecológica de la UNAM, refirió que a escala mundial la iniciativa es de Paulo De Souza, de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Mancomunidad de Naciones, que funciona como Agencia Nacional de Ciencias de Australia.
Los mexicanos en el proyecto, buscan financiamiento de fundaciones interesadas y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación para analizar estos fenómenos a escala nacional. Actualmente cuenta con financiamiento de la UNAM y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y de la Universidad Autónoma de Guerrero, informó la casa de estudios.
“Queremos conocer su ancestría y qué tan antiguas y resistentes son. Después pretendemos ligar ese origen a su comportamiento actual y al declive de poblaciones nativas”, dijo el investigador.
Detalló que los microsensores se pegan en el tórax de cada insecto, pero éstos no afectarán sus actividades pues son muy pequeños, de dos milímetros cuadrados, y con un peso de cinco miligramos; mientras una abeja puede pesar entre 100 y 110 mg y transportar hasta una carga semejante a su peso.
“Se usan para darles seguimiento y hacer un análisis de su actividad a lo largo del día y durante toda su vida, además de observar el comportamiento en la colmena, si van a otras colmenas o si las vigilan. Vamos a cruzar el comportamiento con la información genética”.
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Efe
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