Eduardo Lliteras Sentíes
Foto: Captura de Video
La Jornada Maya
Martes 3 de septiembre, 2019
Europa vive momentos delicados e históricos de la que son dos capítulos relevantes, la crisis política en Italia y la crisis política en Inglaterra. Ambas bajo el paraguas de la presidencia estadounidense que maniobra para debilitar el proyecto europeo y someter al Viejo Continente a la visión neopopulista-soberanista: es decir, en mi casa, mando yo (traducción del America First), ya sea se trate de migrantes, de la Amazonía en llamas, o de las tarifas impuestas a los productos chinos pasando por encima de Organización Mundial del Comercio.
Boris Johson, tildado de ser el Trump británico, no esconde su sumisión respecto a Washington, mientras recibe aplausos desde el otro lado del Atlántico por su suspensión del Parlamento Británico. Giuseppe Conte, quien se encamina a formar un segundo gobierno tras la crisis de la alianza con la extrema derecha xenófoba y racista de la Liga (Lega), recibió la bendición de Donald Trump a través de Twitter, luego de haber acudido a la Cumbre del G7 en Biarrtiz, Francia, donde saludó al presidente estadounidense.
Estamos ante una transición complicada en un mundo que está cambiando de forma radical ante la transformación de los equilibrios globales que están poniendo fin al dominio occidental del planeta. Europa se acerca al ocaso del dominio occidental, entre los jaloneos de la potencia americana por mantener su dominio global, lo que amenaza no sólo con acabar con el proyecto europeo sino con convertir al Viejo Europeo en escenario de crecientes y peligrosos conflictos con Rusia, China e India.
El mismo presidente francés, Emmanuel Macron, lo reconoció recientemente, de forma pública en París -en una conferencia ante embajadores--. Explicó “que el orden internacional se está alterando de una forma sin precedentes: sin duda estamos viviendo el fin de la hegemonía occidental en el mundo”.
Así lo dijo, el presidente de una nación pluriétnica y agitada por protestas de una violencia sin precedentes que han puesto en jaque a su gobierno y a la capital francesa, entre barricadas en llamas en los Paseos Elíseos y el Arco del Triunfo.
“Las cosas cambian y se alteran profundamente debido a los errores cometidos por los occidentales en ciertas crisis pero también por las decisiones de los estadounidenses en los últimos años, no sólo en ésta Administración”, encabezada por Donald Trump, afirmó Macron a la vez que urgió a no dejar a Rusia fuera de Europa.
“Estamos en Europa, y Rusia también”, afirmó. “Y si en un momento dado no sabemos cómo hacer algo útil con Rusia, mantendremos una tensión profundamente estéril, continuaremos con conflictos congelados en Europa, y nuestro continente seguirá siendo escenario de una lucha estratégica, entre Estados Unidos y Rusia, y veremos las consecuencias de esa guerra fría en nuestro territorio”, advirtió.
Macron fue claro ante los embajadores: “el continente europeo nunca será estable. Nunca estará a salvo si no confiamos en ellos (los rusos) y no aclaramos nuestra relación con Rusia. Alejar a Rusia de Europa, es un grave error estratégico porque la empujamos a un aislamiento que incrementa las tensiones o a aliarse con grandes potencias como China y eso iría contra nuestros intereses”.
“Miremos a China, India, Rusia: en el presente tienen una inspiración política mucho más fuerte que los europeos. Conciben el mundo con una lógica, una filosofía y una imaginación que nosotros hemos perdido un poco”, admitió el presidente francés.
Mientras tanto, la crisis del Brexit en Gran Bretaña sin acuerdo con la Unión Europea con la complicidad y el auspicio trumpiano, amenaza provocar en Europa la pérdida de más de 1,7 millones de puestos de trabajo, en los 27 miembros. Un golpe durísimo que sin lugar a dudas generará más inestabilidad en el Viejo Continente, dando aliento a las extremas derechas a las que insufla Steve Bannon, desde su monasterio benedictino de Certosa de Trisulti en Italia, donde está montando su centro de pensamiento y formación de cuadros de la extrema derecha soberanista y racista.
Según las previsiones de la Universidad Católica de Leuven (publicadas por diversos diarios europeos), Reino Unido perdería 526.830 puestos de trabajo por el Brexit duro (sin acuerdo) de Boris seguido por Alemania donde desaparecerían 291.930 empleos, en Francia 141.320 e Italia 139.140.
Esto podría generar una crisis social que podría generar la implosión de la Unión Europea y del euro, en beneficio, eso piensan los soberanistas racistas de Washington, del poder estadounidense y del dólar, frente al crecimiento del poder ruso y chino y su influencia en el Viejo Continente.
[i]Mérida, Yucatán[/i]
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