Vacíos de comunicación en la 4T

Felipe Escalante Tió
Foto: Enrique Osorno
La Jornada Maya

Viernes 28 de junio, 2019

Sin duda, la nota está muy bien hecha. El portal [i]Darío de Yucatán[/i] merece una distinción por el ingenio para la creación de sus contenidos. Uno de ellos, aparecido hace cinco días refiere al “diputado” José Trinidad y Tobago Poot, de la bancada de Morena, que desde tribuna le advierte al mar que si sigue aventando sargazo, recibirá más plástico a cambio. Al momento de escribir estas líneas, la publicación ha tenido 5 mil 200 interacciones, más de 250 comentarios y se ha compartido cerca de 600 ocasiones. Sin duda un tráfico que envidiamos en los periódicos “serios”.

La publicación la encontré en los respectivos muros de dos amigos, de esos a los que considero “leídos y escribidos”; es decir, ambos con estudios superiores, que han ejercido la docencia y a los que supongo inteligentes. Ambos se fueron con la finta. Les bastó leer “Morena” para considerar como verdadera la nota. Como muchos otros, están predispuestos a copiar y difundir aquellas noticias que coincidan con su percepción de la realidad, algo que no resulta sano en el ambiente polarizado en que nos encontramos.

Si bien es cierto que los representantes de Morena nos han regalado verdaderas perlas del pensamiento político, particularmente Jesusa Rodríguez, también lo es que no poseen el monopolio de esta producción. Finalmente, el nivel de la discusión política que puede alcanzar la élite (esa sí) que ocupa cargos de elección es reflejo de la sociedad que votó por ellos.

Estamos en una época marcada por una creciente animadversión. Incidentes como el de la adolescente yucateca dándole el dedo al Presidente o las declaraciones de éste con respecto a que el sargazo es un asunto menor que ha sido magnificado, terminan por abonar a la tensión.

Buena parte de la animadversión contra el presidente López Obrador se origina en que su estrategia de comunicación está centrada en él mismo y en el hecho de que en su discurso ha tenido más peso el anuncio que el logro. En el caso del Tren Maya, por ejemplo, se ha hablado mucho de modificaciones de trazo, dónde estarán los talleres, la estación que será la espina dorsal, pero se carece de proyecto ejecutivo. La propuesta de Rogerio Jiménez Pons, director de Fonatur, sobre el cambio del aeropuerto de Mérida para acercarlo a la estación del ferrocarril, está en el aire.

El manejo del discurso, cuando le da más peso al anuncio, crea la percepción de que la batalla se libra en el terreno de las palabras y todo lo demás queda sin sustento. Así ha pasado con el huachicol, del que no sabemos cuántos han sido aprehendidos –si es que los hay– por este delito, o si hay empresarios, trabajadores y directivos de Pemex implicados como resultado de una investigación judicial y no como mera sospecha; también se habló de corrupción en el caso de las guarderías de Sedesol, pero más allá de los “niños fantasma” nunca supimos, por ejemplo, cuántas y cuáles fueron las estancias que incurrieron el esta anomalía; en lugar de brindar esta información, se canceló el programa, perjudicando a miles de mujeres que requerían de este servicio para obtener el sustento.

Mención aparte merecen los recortes al presupuesto de instituciones como el CIDE, el Instituto Mora o el CIESAS, aunados al reciente conflicto por recursos para el Instituto Mexicano de la Radio, cuando no están acompañados más que por la instrucción de “aplicar una política de austeridad”, son fácilmente interpretados como ataques contra quienes se han dedicado a la generación y difusión del conocimiento científico y cultural, incluso como una ofensiva que forma parte del movimiento anti científico mundial. Llama la atención porque precisamente entre los sectores académico y cultural, AMLO obtuvo un fuerte apoyo.

Ahora, ese apoyo se dio precisamente porque las instituciones científicas y culturales de México han experimentado recortes con cada anuncio de crisis. Basta ver, en el ámbito local, cuánto tiempo transcurre entre la presentación de un artista en algún evento organizado por dependencias estatales o municipales, y que le llegue su pago. Abundan, por supuesto, las invitaciones a presentarse “para que te des a conocer”; o sea, sin paga. Los trabajadores no votaron por despidos masivos en nombre de la austeridad republicana, sino por el fortalecimiento de sus instituciones, porque en ellas exista justicia laboral y por un cambio en las políticas de medios públicos y desarrollo científico; con todas seguridad, hay muchos que llevan más de cinco años con contratos eventuales y en los hechos tienen tiempo completo.

Por supuesto, en este ambiente polarizado hay quien vocifera un “ya ven, para eso votaron por él”, y también es posible contestar que con las otras opciones en la boleta, el panorama era peor. A veces, en la democracia, también se elige el menor de los males.

En la historia, también hubo un presidente cuya estrategia de comunicación estuvo difusa y débil, en un ambiente polarizado: Francisco I. Madero. No estaría mal tomar nota.


[i]Mérida, Yucatán[/i]
[b][email protected][/b]