Luis Acereto Suaste
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya
Jueves 7 de septiembre, 2017
Al Partido Revolucionario Institucional de Yucatán hay que tomarlo en serio, nunca se le puede descartar, es altamente competitivo en términos electorales y en lo que se refiere a la esfera gubernamental, ha sabido hacer lo que la gente espera que haga.
El PRI no desaparece ni cuando es oposición y cuando no lo es, se le ve más vivo que nunca. En el tricolor ya han elegido su mejor carta de cara al 2018, aunque muchos no se han dado cuenta.
Se trata de los resultados de gobierno en materia de economía, empleo, seguridad y otros temas. La administración de Rolando Zapata Bello ha dado resultados destacados ocupando primeros lugares; primer lugar en desempeño laboral, primer lugar en crecimiento manufacturero y primer lugar en seguridad empresarial, entre otros.
A estos resultados de primeras posiciones se suma uno más: el gobernador ha sido reconocido como el mejor mandatario del país por su desempeño, en un estudio en el cual evalúan a los gobernados en diferentes aspectos.
El PRI está mostrando su mejor carta, o más bien, sus mejores cartas; se trata de los resultados de un gobierno emanado de sus filas. Esos son sus estandartes y los está enarbolando alto, preparándose para el combate. Su presidente, Carlos Sobrino Argáez, los menciona vehementemente en cada encuentro con la militancia, los comunican a través de redes sociales o espectaculares y sus funcionarios de partido los transmiten en reuniones de trabajo. El viejo navío se está desplazando y espera llegar a buen puerto.
El caso de la buena evaluación a Rolando Zapata por la ciudadanía y revelada en la Encuesta Nacional 2017, es un asunto que merece la pena examinar.
Es de todos conocido que por mucha popularidad que haya acumulado un candidato durante campaña, cuando asume el cargo comienza también el declive de la luna de miel. El poder se degrada, el deterioro es mayor año tras año. Lo que llama la atención es que a casi cinco años de gestión, Rolando Zapata no ha sido atrapado por esa lógica y además de eso, contrario a lo sucedido en otras entidades, es parte de la fortaleza de su partido.
No pasemos por alto que cada elección es un referéndum del cual la gente dispone para decidir no sólo quién debe estar en Palacio de Gobierno, también cruza el logotipo de un partido para dar una sentencia sobre cómo se ha gobernado y, por como va el PRI, hay que tomarlo muy en serio.
Al final de cuentas, el pueblo pone el poder en las manos de quien considera competente. Los buenos resultados de un gobierno se afirman en las urnas y su destino está sellado al de su partido y por como va el PRI, hay que tomarlo muy en serio.
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