La sociedad humana ha perdido la noción de igualdad ante la ley, que era esencial para la democracia, y en su lugar prevalece la división, la fragmentación y segmentación, con derechos y beneficios especiales, de acuerdo al escritor, filósofo y politólogo de extrema derecha, Agustín Laje Arrigoni, quien presentó su libro La Batalla Cultural, a salón lleno, en la FIL Guadalajara.
Laje Arrigoni se formó en la Universidad Católica de Córdoba, Argentina, a cargo de los jesuitas, donde estudió ciencias políticas. Cuenta con 33 años de edad y es uno de los activos latinoamericanos más importantes de la ultraderecha. Su obra El Libro Negro de la Nueva Izquierda de coautoría con Nicolás Márquez, se ha convertido en un referente para los conservadores sobre la ideología de género y la subversión cultural. Forma parte de movimientos anticomunistas, antifeministas y provida. Se opone a la eutanasia, el matrimonio igualitario, la adopción homoparental, es considerado homofóbico.
Recorre varios países con sus conferencias y sus libros, entre los cuales están: Los Mitos Setentistas, Cuando el Relato es una farsa, Reflexiones Críticas para una Nueva Derecha, El Libro Negro de la Nueva Izquierda y la Batalla Cultural.
Durante su exposición en la FIL Guadalajara afirmó que la batalla cultural afecta a todos, sin importar la filiación globalista o nacionalista, porque la política “ya está en todas las manifestaciones culturales” y las redes sociales se han convertido en el ágora y la plaza pública.
“La política ha penetrado toda la existencia, es decir la cultura. Es en la cultura donde se libran las batallas políticas en la actualidad”, afirmó y dejó claro que la cultura es el lenguaje, costumbres, tradiciones, cine, televisión, periódicos, revistas, poesía, literatura. “La agresión al mundo es cultural…nuestro sistema social y político occidental se basaba en la igualdad ante la ley. Hoy nos han seccionado, fragmentado, dividido. Si te acuestas con alguien de tu mismo sexo te corresponden derechos distintos, en mi país se les da un subsidio y cuota política. Si eres mujer, si eres negro, indígena, blanco, migrante, etcétera, tienes derechos distintos”. Recalcó que hicieron a un lado la biología y la genealogía de manera que ser mujer depende únicamente de la autopercepción. Finalmente insistió que la nueva derecha tiene que tener formación en filosofía política para dar la batalla cultural.
Carlos Joaquín González Arribó a la gubernatura de Quintana Roo en 2016, con un gran capital político y con grandes expectativas de generar cambios positivos. Cobijado por el PAN y el PRD, la cobija le salió muy cara, con las cuotas que le exigieron sus “padrinos” Rafael Moreno Valle, Miguel Mancera, Graco Ramírez, etcétera. Su gobierno se llenó de foráneos poderosos impuestos, pero adoptados de buen agrado por Carlos Joaquín que nunca ha tenido arraigo por Quintana Roo. Carlos Joaquín dilapidó su capital político, quedándole un gran saldo de deudas que ahora le cobran con réditos y lo han convertido en “el villano favorito”, incluso de sus antes aliados. el PAN local con su presidenta Reyna Tamayo se opone a su nombramiento como embajador en Canadá. Varios del PRD local lo condenan, se infiltraron en Morena y ahora se sumaron a la campaña anticipada del canciller Marcelo Ebrard por la presidencia. Un espejo para quien quiera mirar. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño Estado.
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