La política es una ciencia y también un arte que exige razón y emoción, más la primera como condición obligada para practicar una de sus herramientas más valiosas que es la negociación con “otros sujetos políticos”.
Sin el uso frío de la razón y dominada por la nefasta emoción del odio, la oposición anti López Obrador, cada día reduce su capacidad de negociación, que implica algo de humildad para tender puentes hacia donde ponen explosivos todos los días.
Definitivamente parece claramente inviable una victoria electoral de la oposición partidista: PRI, PAN, PRD, MC, más las cúpulas empresariales, las élites favorecidas por el neoliberalismo, incluidos medios de comunicación, en la batalla por la presidencia de México en 2024. Eso hace prever que enfocarán sus baterías al interior de MORENA para proteger sus intereses y algunos privilegios que aún les quedan, “de lo perdido lo hallado”.
Los candidateables de Morena por la presidencia para 2024 son: la gobernadora de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum, el canciller Marcelo Ebrard y el Secretario de Gobernación Adán Augusto López. El senador Ricardo Monreal en todas las encuestas aparece sin posibilidades de triunfo, su imagen está ya muy deteriorada por “jugar al equilibrista” y usar el chantaje de manera recurrente, sin compromiso real con López Obrador, solo sirve a su codicia, sus ambiciones y su ego. Ahora ha sido exhibido por hacer que el senado que preside erogue dos millones de pesos en un libro de su autoría comprado además con sobre precio.
Claudia Sheinbaum ingresó en política con López Obrador, quien cuando ganó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México buscaba a una persona de la izquierda con conocimiento científico para ocupar la Secretaría de Medio Ambiente, y la eligió por sus perfiles, sin conocerla personalmente. Claudia Sheinbaum laboraba en el Instituto de Ingeniería de la UNAM al lado del Nobel Mario Molina. Es la más identificada con los proyectos, ideales y la visión de AMLO. Encabeza todas las encuestas. El Canciller Marcelo Ebrard tiene bagaje político propio que viene desde Manuel Camacho Solís, no se formó con López Obrador. Tiene mucha experiencia política, buen negociador, por lo mismo es el más viable para sumar incluso a las élites y sectores alejados de AMLO. El Partido Verde lo seguiría si abandonara Morena. Por su parte el Secretario de Gobernación Adán Augusto López, no tendría ni la más mínima posibilidad sin López Obrador. Es parte del poder tabasqueño formado y empoderado a la sombra de Andrés Manuel, usado para asustar como el petate del muerto. Todos los mencionados están en campaña, con estructuras en las que hay panistas, priistas, perredistas, petistas, verdes, etc. Eso de liberales y conservadores parece un chiste.
Hasta hace cinco meses el gobierno de Quintana Roo encabezado por Carlos Joaquín estaba en manos del PAN y del PRD que en la actualidad prácticamente han desaparecido. El PRI sufrió un golpe de muerte en la entidad con la pérdida de la gubernatura, el encarcelamiento de Roberto Borge, la estigmatización, marginación y persecución mediática del joaquinismo, estruendosa, efectista, para desviar la atención mientras saqueaban el Estado y descomponían la sociedad y el servicio público. Ahora toda la política quintanarroense es Verde-Guinda y todos están en los equipos de las “corcholatas” para el 2024. En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño Estado.
¡HASTA LA PRÓXIMA!
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