Cuando en las relaciones de producción se rompen los acuerdos, el mayor perjuicio recae en quienes cuentan con menor poder económico, y estos son por lo general quienes producen materias primas o quienes deben vender su fuerza de trabajo.
El caso de los productores de cebada maltera, quienes han tenido que detener la actividad, toda vez que la Compañía Cervecera Grupo Modelo, propiedad de la trasnacional Anheuser-Busch InBev (AB InBeb), ha decidido unilateralmente dejar de adquirir este insumo en México, dejando a los productores de cebada con la deuda por la maquinaria que la misma cervecera les recomendó adquirir a fin de obtener el grano en la calidad deseada.
Ni las autoridades ni los productores de cebada maltera de Zacatecas, Hidalgo y Tlaxcala conocen el origen del grano con que Grupo Modelo se abastece. Únicamente lamentan que la Compañía, al dejarlos al garete sin explicación alguna, se concreta a ser el mayor depredador del agua subterránea el Bajío, pues la mayor parte de los 24 millones de hectolitros que fabrica se destinan a la exportación.
Decisiones de esta índole tienen origen, casi sin excepción, en el ánimo de reducir costos y ofrecer al consumidor final un producto a un precio competitivo. La consecuencia, sin embargo, es el rompimiento de un equilibrio social que incluso estaba sustentado en contratos celebrados desde 2014.
Otro factor a tomar en cuenta es la participación del gobierno, en sus tres niveles, para entregar subsidios para mejorar la producción de cebada maltera, por lo que la cancelación de contratos de compra impacta también en el erario; es decir, salimos perdiendo todos los contribuyentes.
Por supuesto, los productores tienen la alternativa de vender a la competencia, pero esto implicaría entrar en una nueva negociación cuando se encuentran en desventaja, pues sería presentarse ante otra trasnacional que es Grupo Heineken, que ya tiene a sus propios proveedores. Así, al imprevisto de ya no contar con un contrato se suman los gastos de la cosecha, el transporte y almacenamiento del grano, además de que éste va perdiendo calidad conforme pasa el tiempo.
Otro factor en contra es el volumen de la producción. La Compañía Cervecera Grupo Modelo opera ocho plantas industriales en el país, cada una produce millones de hectolitros de cerveza. Si los agricultores consiguen vender, lo harán a un precio sumamente deprimido, tanto por la oferta de grano como porque deberán competir con los proveedores de Heineken.
La cancelación de contratos implica suprimir igualmente metas que Grupo Modelo mantiene hasta el momento, oficialmente. En su página de Internet destaca que desde 2016 tiene la iniciativa “Desarrollo Agrícola en México” para impulsar el cultivo de cebada y reducir las importaciones, algo que consiguió totalmente al año siguiente. Sin embargo, conseguir que “el 100 por ciento de los agricultores con quienes trabajamos estén capacitados, conectados y empoderados financieramente” se queda en el papel.
Mientras, en Panamá, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional el contrato que renovó la concesión de explotación de la mayor mina de cobre a cielo abierto en Centroamérica, decisión que sin duda repercutirá en las relaciones internacionales, dado que en el centro se encuentra la minera canadiense First Quantum Minerals. La votación unánime del Supremo del país canalero representa un paso importante para la recuperación de su soberanía productora, así como en materia de cuidado al medio ambiente.
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Edición: Estefanía Cardeña
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