Opinión
La Jornada Maya
14/08/2024 | Mérida, Yucatán
La cuestión va más allá del mero trámite, toda vez que quedó de manifiesto que seis de cada 10 electores votaron por Claudia Sheinbaum. El tema detrás es que el proceso, a ojos del TEPJF, resultó legítimo y que a pesar de las denuncias de irregularidades, éstas no pudieron ser plenamente demostradas; esto es fundamental en el sistema jurídico: la carga de la prueba recae en quien formula la acusación, y en este caso, no puede decirse más que la decisión de 60 millones de ciudadanos que acudieron a las urnas es la que respalda a la hoy presidenta electa.
Y en efecto, mucho se dijo acerca de que las menciones realizadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador influyeran en la decisión del electorado, pero no explica que hayan salido a votar 60 millones de personas. Tampoco explica por qué la oposición, ante una votación tan copiosa, no haya conseguido que la diferencia fuera menor.
Por otro lado, el TEPJF terminó avalando el procedimiento por el cual se llegó al resultado; es decir, desde el conteo realizado por los funcionarios de casilla, vigilado por los representantes de los partidos, seguido del levantamiento de las actas respectivas, y el establecimiento de la correspondiente cadena de custodia para trasladar la paquetería electoral a las sedes distritales del Instituto Nacional Electoral (INE).
Debemos agregar que tanto durante la jornada electoral como en los conteos distritales y en la sesión de calificación, hubo presencia de observadores electorales nacionales e internacionales; algo que se reclama actualmente a prácticamente toda república.
Pero en general, de las 170 mil 62 casillas electorales programadas, solamente 23 no fueron instaladas, una cantidad que, es verdad, impidió que algunos votaran, pero que no influye de manera significativa en el resultado. En cuanto a los incidentes durante la jornada, ocurre algo semejante, pues de los más de 6 mil reportados, apenas en 27 casillas fue necesario suspender la votación. En cuanto a los juicios de inconformidad por el cómputo de los sufragios, los 240 promovidos resultaron improcedentes.
Las matemáticas, y ahora la ley, son el soporte de la legitimidad de Claudia Sheinbaum como presidenta electa. Los casi 36 millones de ciudadanos que votaron por ella la convierten en la primera mujer no sólo en llegar a la Presidencia de México, sino que también llega con un muy alto grado de legitimidad. La misma asistencia a las urnas es la expresión de que a los mexicanos les resulta irrelevante que una mujer encabece el Ejecutivo federal, y eso siempre será positivo. Sin duda es un gran paso en la lucha de las mujeres por sus derechos políticos, y también señal de que hay muchas esperanzas depositadas en ella.
Edición: Fernando Sierra