Opinión
La Jornada Maya
10/11/2024 | Mérida, Yucatán
La Feria Yucatán Xmatkuil es, a pesar de varios aspectos criticables, un evento que la sociedad yucateca espera año con año. Una cosa es qué tan posicionada se encuentra entre los festejos similares en México y otra el cariño que le tiene la población. Hace pocos años, una tienda de camisetas puso a la venta una con las letras A X en grande, confundiéndolas con el logotipo de un diseñador, pero debajo, en pequeño, aclaraba que quería decir “Amo Xmatkuil”.
Medio siglo se antoja mucho para estos tiempos, pero Xmatkuil compite con ferias cuya existencia se remonta a la época colonial, como la de San Marcos. Ambas nacieron de manera semejante, como exposiciones ganaderas, y hoy son atractivos turísticos, aunque no en el mismo nivel. Sin embargo, en cinco décadas, la festividad yucateca ha incluido varias innovaciones que aparentemente hacen que más personas crucen por sus torniquetes, pero no necesariamente son compatibles con su finalidad.
Ahora, con un gobierno de nuevo signo, se anunció que se hará de esta feria “una fiesta internacional que rescate el orgullo por lo yucateco, las tradiciones y la cultura de nuestro estado”. Esto bien puede ser un plan para todo el sexenio de Joaquín Díaz Mena, del cual difícilmente veremos un resultado espectacular en la actual edición, aunque se haya contemplado la inversión de 60 millones de pesos para contar con “baños más grandes, limpios y espaciosos, y que se dé prioridad a la limpieza. Se están rescatando el palenque, las áreas de exposición y andadores”. Remozar algunas áreas no significa que se tenga una feria que promueva el orgullo por lo yucateco.
Que el recinto requiere de mantenimiento e infraestructura que haga más grata la estancia de sus visitantes es innegable. La estadística final dirá que en dos semanas se habrá presentado una cantidad de personas muy cercana a la población del estado, por lo que cualquier mejora en el espacio, la creación de áreas de descanso y de entretenimiento será un aliciente para regresar el próximo año, y el siguiente. Que se puedan traer espectáculos de calidad hará que, eventualmente, lleguen visitantes de otros estados y países, si se hace con la promoción adecuada.
Pero también será necesario establecer el objetivo de la feria. Si nació para promover la actividad ganadera y la mejora del hato local a través del intercambio de reses, y después se pasó a la exposición de la actividad agrícola y comercial, es momento de hacer un balance en cuanto a lo que se ha logrado. En lo que respecta al sector primario, la feria cumple con exponer, pero no necesariamente con que la cantidad de asistentes atestigüe el desarrollo que se tiene por ejemplo en la apicultura o en la producción de ganado menor.
Por el contrario, muchos acuden porque es momento de hacerse “del cobertor del tigre” y otros enseres que traen vendedores de los que precisamente van de feria en feria; lo que no suele ser una derrama para los productores locales. Esto se aprecia igualmente en el pabellón de la Cámara de la Industria del Vestido, donde la mayor oferta es de textiles a precios muy accesibles, pero no elaborados en la entidad. No se trata de hacer a un lado a estos mercaderes, pero sí de alcanzar un compromiso con los industriales locales para que contar con un local durante la feria les garantice un retorno de inversión, y que también sean los yucatecos quienes puedan apreciar la calidad del trabajo que se realiza.
Y si se adopta por objetivo de la feria la promoción de la calidad de la producción local, sería motivo de orgullo que los expositores encuentren oportunidades para que sus productos lleguen a nuevos mercados; ahora sí, aprovechando el Tren Maya y la ampliación del Puerto de Altura de Progreso. Si los yucatecos tenemos posteriormente la oportunidad de encontrar las marcas de las empresas con las que hemos crecido, en otras partes del mundo, seguramente volveremos para apoyar que sigan llegando a nuevos lugares, y posiblemente alguno piense “¡pero si a estos los vi en Xmatkuil!”, y que esto motive a felicitar a los emprendedores que, con el apoyo adecuado, seguirán creciendo y adquiriendo presencia allende las fronteras yucatecas.
El plan para posicionar a la feria a nivel internacional está ahora con el gobernador Díaz Mena, y se le desea el mayor de los éxitos en la tarea de hacer que Xmatkuil sea motivo de orgullo por lo yucateco.
Edición: Fernando Sierra