Opinión
Ornela De Gasperin Quintero
28/01/2025 | Mérida, Yucatán
La colectiva Rebelión Científica, capítulo México, un grupo interdisciplinario y apartidista de personas dedicadas a la ciencia, la academia y al activismo ambiental, le enviaron una carta a la C. Presidenta Constitucional de México, Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
En la misiva, las y los científicos recordaron que “usted, integró el IPCC en el año 2007, cuando, el prestigioso panel de científicos de todo el mundo, expertos en el cambio climático, obtuvo el Premio Nobel de la Paz”.
Los integrantes de Rebelión Científica le recuerdan a la primera mandataria del país que, según el IPCC, “mantenernos en la trayectoria de calentamiento global en la que estamos, generará desplazamientos forzados de hasta 216 millones de personas para 2050 y de hasta 3.6 mil millones de personas para el 2100. Además, cruzaremos varios puntos de inflexión de sistemas climáticos globales críticos, con consecuencias catastróficas e irreversibles para todos los seres vivos”.
Las y los activistas mexicanos acusan que “a pesar del consenso científico, de las ya 29 Conferencias de las Partes y de los múltiples acuerdos internacionales, las emisiones globales siguen en aumento. Basta decir que se ha contaminado más desde 1992, cuando virtualmente todos los países del mundo acordaron ‘prevenir la interferencia antropogénica con los sistemas climáticos del planeta’, que en toda la historia humana previa”.
Economía y sobreexplotación
Esta situación se debe, dice RCM, a que “el sistema económico y político actual, el capitalismo, es incapaz de solucionar estas crisis que ha creado. El capitalismo requiere de la apropiación, abaratamiento y sobreexplotación de los seres humanos y de la naturaleza, para la acumulación de riqueza y de poder en muy pocas manos”.
La ciencia ha establecido con absoluta claridad que “muchos sectores económicos son sumamente contaminantes y benefician solo a una minoría, como la aviación, sobre todo la privada, los yates, cruceros, la moda rápida, las empresas financieras corporativas, el complejo industrial militar, la publicidad, la ganadería industrial, todas ellas llevando a cabo prácticas nocivas como la obsolescencia programada y el fomento del consumismo”.
“Sabemos, agregan, que las políticas climáticas por excelencia son reformas de carácter económico y social, como garantía de vivienda y de trabajo con reducción de la jornada laboral. Estas políticas permitirían eliminar la precariedad social y económica, establecida por el sistema económico actual, cobijando a los seres humanos con dignidad, y al mismo tiempo reduciendo la contaminación”.
En otro párrafo del escrito afirman que “durante las décadas de neoliberalismo, la economía mexicana fue entregada a los intereses de las grandes corporaciones transnacionales. Los procesos de globalización permitieron la vigencia de ordenamientos jurídicos multinacionales que autorizan a los grandes capitales imponer sus intereses y nuevas formas colonizadoras y extractivistas, a través de leyes y amenazas comerciales ejercidas desde otros gobiernos y organismos internacionales. Por lo tanto, una de nuestras prioridades como país para afrontar la crisis climática-económica-social es generar soberanía nacional, tanto política, económica, energética y alimentaria, de manera que se blinde a la población mexicana contra cualquier represalia de los grandes capitales y sus gobiernos gendarmes”.
“También consideramos urgente, manifiestan, exigir la cancelación de la deuda externa y sustraernos de arbitrajes internacionales, como el ejercido por el CIADI, del Banco Mundial. Lo anterior debe ir a la par con reducir, de manera inmediata y contundente, el poder y la riqueza de las élites económicas. Las emisiones de la élite son simplemente incompatibles con un mundo climáticamente seguro, y la obscena desigualdad económica de nuestro país degrada la democracia. Proponemos que se organicen debates amplios sobre estos temas, que permitan que la sociedad mexicana comprenda la situación límite que vivimos y se construyan alternativas de forma colectiva”.
En los párrafos finales, los activistas de Rebelión Científica, capítulo México, aseguran que “el decrecimiento económico planificado, ofrece una transición social, económica y ecológicamente justa y sostenible, en contraposición a la inevitable recesión que llegará si no actuamos”.
No hay justicia climática sin justicia social.
FB: Ornela De Gasperin Quintero
X: @orneladg
Edición: Fernando Sierra