Opinión
La Jornada Maya
16/02/2025 | Mérida, Yucatán
Manuel Xool
El pueblo maya ha vivido un sometimiento histórico; desde la llegada de los españoles y el resultante proceso de conquista y colonización, los mayas han sufrido relaciones desiguales y de explotación; han tenido que resistir a distintas formas de opresión como las haciendas henequeneras, o más contemporaneamente, la llegada de las megagranjas porcícolas, la agricultura industrial y también, el turismo masivo, que ha generado graves daños a nuestra salud y al ambiente. Ante estos diferentes embates, se han forjado formas creativas de resistencia más allá de los levantamientos armados y manifestaciones.
Actualmente existen varios colectivos mayas para la defensa del agua, de las abejas, y del territorio en lo general; estos se han generado como respuesta a las afectaciones de los actuales megaproyectos en la península de Yucatán que compromenten el bienestar no solamente del pueblo maya, sino de todas las personas. Lo interesante de estas resistencias son sus formas creativas. Una de éstas es la solicitud de declaratoria de emergencia socioambiental para la península de Yucatán; otra es la que encabeza la Alianza Peninsular para el Turismo Comunitario (APTC), su respuesta de resistencia creativa ha sido articularse a través de cinco comités: 1) Promoción; 2) Capacitación y certificación; 3) Incidencia en política pública, 4) Adaptación y 5) Cuidado del territorio.
El comité de promoción tiene entre sus objetivos dar a conocer que otras formas de hacer turismo son posibles; lograr encuentros solidarios y la interculturalidad son parte de su quehacer. El comité de capacitación y certificación, se puso a prueba durante el Covid-19 y logró una certificación colaborativa: “viaja seguro y solidario, viaja turismo comunitario”, también ha implementado capacitaciones administrativas, contables y fiscales, la certificación de guías de naturaleza, entre otros.
El tercero, incidencia en política pública, ha estado en la búsqueda permanente del reconocimiento del turismo comunitario; si bien éste ha mostrado beneficios a las comunidades mayas, un impacto positivo en la conservación ambiental y en la cultura, sigue siendo relegado en las políticas públicas de los gobiernos, así que la labor de este comité es ardua y desafiante.
Para la APTC la adaptación -cuarto comité- es un mecanismo amplio, hasta el momento ha permitido que cada organización cuente con planes de contingencia ante fenómenos extremos como huracanes, sequías, entre otros. También contar con un fondo de contingencia como mecanismo de respuesta rápida ante los desastres y un fondo de desarrollo turístico. Por último, pero no menos improtante, el cuidado del territorio, es el comité es el encargado de la articulación con las otras organizaciones y colectivos peninsulares y también a través de éste se canalizan los desafíos que enfrenta cada organización integrante de la APTC.
Es importante hacer notar sobre estos comités -ejes de trabajo-, cuando se miran de manera conjunta y a largo plazo, pueden ser concebidos como una de las respuestas a partir de la cual los actores locales vinculados al turismo comunitario buscan hacer efectivo el cuidado del territorio ante los embates del modelo económico imperante que despoja, deforesta y contamina. En un contexto donde todavía se lucha por el reconocimiento y fortalecimiento del turismo comunitario, acompañar, reconocer y fortalecer estas respuestas locales se vuelve imperativo.
Edición: Fernando Sierra