de

del

María no quiere regresar conmigo

Las dos caras del diván
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán

—María no quiere regresar conmigo.

Es la tercera semana que Diego ha estado intentando convencer a su ahora ex novia de que vuelvan.

—Ya traté con todo: ruegos, flores, regalos, poesía. A las mujeres les gustaba la poesía. En la secundaria le robaba poemas a Sabines y se los enviaba a tres chicas. A una la quería a las diez de la mañana, a otra a las once, a una más a las doce. Las tres me respondían.

La razón por la que María no quiere regresar con Diego importa poco. Lo más relevante es eso: no quiere volver con él pese a todos sus intentos. 

—Ya no sé qué hacer. Estoy desesperado. Todos me dicen: llegará otra. No llegará nadie como María. 

Está en lo cierto. Como ella no habrá nadie. Me viene a la mente Kokoschka, sus poemas de amor, sus pinturas; su intensa obsesión por Alma Mahler: cuando ella lo dejó se empeñó en tenerla de nuevo. Se mandó a hacer una muñeca con sus medidas. Un fetiche. Pero mi mente no se ha embebido lo suficiente de Kokoschka, y Alma Mahler me intimida. Quedará para otro viernes, me digo. Regreso a Diego. 

—Ahora ha optado por dejar de responderme. No le puedo sacar ni una palabra. Recibe mis mensajes, los lee, me deja en visto. ¿Cómo puede no decir nada?

Ya lo decía Watzlawick: es imposible no comunicar. La falta de respuesta de María dice algo, pero el mensaje está en un lenguaje que la otra parte no sabe, no quiere, no puede comprender. Y para no variar, la falta de respuesta me trae a la mente a Yeonghye, personaje de La vegetariana, de Han Kang, la reciente Premio Nobel. Hacia el final de la novela Yeonghye le reclama a su hermana, quien le había estado insistiendo para que comiera: “¿Por qué no puedo morirme?” Esta pregunta viene precedida por una hospitalización psiquiátrica, una fuga, intentos de forzarla a ingerir alimentos. La angustia de la hermana choca contra la desesperación de Yeonghye. ¿Por qué la gente se empeña en obligarla a hacer cosas que no quiere?

—Al principio no era así —recuerda Diego—. Era empática, amable; ella misma me escribió un par de cartas muy poéticas. Todos cometemos errores. ¿Un error borra todo ese modo de ser? ¿Una falla ocasiona toda su falta de respuesta?

Los errores no borran, sino revelan las esencias. Los errores, el paso del tiempo, el hartazgo, la oportunidad de hacer sin que nos vean. Y cuando ésta no puede ser revelada, se troca en cese de la ingesta, en aislamiento, mutismo. ¿Cuál era la esencia de Yeonghye? Nunca la sabemos, porque a ella nunca la escuchamos. Manejo magistral de Han Kang, quien pone en boca del marido, del cuñado y la hermana todo el discurso de la protagonista.

Cuanto sabemos de ella es por medio de los ojos de los demás: una subjetividad matizada por los pensamientos y concepciones ajenas. Yeonghye se nos muestra como el producto del deseo del otro: quiero que te veas guapa frente a mi jefe, le reclama el marido; quiero pintarte para que aceptes acostarte conmigo, le dice el cuñado; quiero que comas, ruega su hermana. 

—¿Qué se hace? ¿Uno deja de luchar? ¿Se renuncia así nada más?

Para Diego es difícil concebirlo, pero cuando el deseo propio choca contra el deseo ajeno, cuando la coincidencia se revela imposible, la renuncia es la respuesta que hay que saber leer entre las sutilezas de lo fútil. Por eso la pregunta de Yeonghye  —¿Y por qué no puedo morirme?— surge como un rescate ante una violencia que se renueva sobre ella en cada escena, en cada capítulo de la novela: un marido que la eligió porque no le encontró ningún atractivo, pero tampoco ningún defecto particular; una violación disfrazada de intento artístico; un encierro camuflado por la preocupación fraternal.

Lo dice Han Kang: la voz de Yeonghye era como una pluma, pues no tenía ningún peso. Parafraseando a Watzlawick, pienso si la relevancia de la voz viene por el peso o por la liviandad. Así como hoy, que ni Diego ni yo sabemos nada de María más allá de su silencio. Y no necesitamos más.

*Escritor, sicoanalista y siquiatra de adultos y niños

[email protected]


Lea, del mismo autor: Nunca más volveré a ver


Edición: Estefanía Cardeña



Lo más reciente

Justicia de Bolivia restituye orden de captura contra Evo Morales por el delito de trata de menores

El ex presidente acusó al gobierno de Luis Arce de orquestar una persecución judicial

Afp

Justicia de Bolivia restituye orden de captura contra Evo Morales por el delito de trata de menores

Trump ordena cancelar financiamiento de TV y radio públicas de EU

Acusa ''imparcialidad'' en su cobertura informativa e instruyó a investigar si ambas instituciones

La Jornada

Trump ordena cancelar financiamiento de TV y radio públicas de EU

Tiroteo en un colegio de California deja dos heridos

La Policía confirmó el arresto del presunto agresor

La Jornada

Tiroteo en un colegio de California deja dos heridos

Adolescente nigeriano logra récord mundial Guinness de pintura: Su lienzo es más grande que un campo de futbol

La obra, de 12 mil 304 metros cuadrados, busca crear conciencia sobre el autismo

La Jornada Maya

Adolescente nigeriano logra récord mundial Guinness de pintura: Su lienzo es más grande que un campo de futbol