Opinión
Margarita Robleda Moguel
13/04/2025 | Mérida, Yucatán
La película No mires arriba (2021) con guión y dirección de Adam McKay, Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence interpretan a un par de astrónomos que descubren un cometa que se dirige a la Tierra. La película, en la plataforma de Netflix, nos presenta a la presidenta, Meryl Streep como muestra de quienes, teniendo el poder de combatir el peligro, evitan deliberadamente actuar en búsqueda únicamente de su beneficio, sin tomar en cuenta, al pueblo que lo eligió, aunque este tampoco quiere pensar ni salir de su zona de confort.
No mires arriba, también podría llamarse: “No mires abajo”, donde la Madre Tierra, minuto a minuto se llena de basura, de toneladas del inmortal plástico e infinidad de microchips que enferman el mar, la agricultura, el aire y, a pesar del daño que nos hacen, solo grupos de personas, como Greenpeace, intentan por todos los medios llamar nuestra atención para invitarnos a hacer algo, pero nos negamos a escucharlos, tachándolos de locos: “ya que la contaminación ambiental no existe”.
En el plano local, estamos lotificando la península, sin medir consecuencias sobre la cantidad de agua y manejo de basura que podremos controlar; arrojamos baterías y pañales a los cenotes sin darnos cuenta el autogol que eso resulta al contaminar el tesoro de agua dulce que aún tenemos para beber en un mundo que muere de sed.
Sí, No mires abajo, donde, reconozco que me ha sorprendido descubrir la cantidad de grupos de padres buscadores de hijos desaparecidos que llevan varios sexenios dedicados a encontrarlos. ¿Cuándo comenzaron a surgir? ¿No encontraron apoyo en los medios para ayudarlos a buscar? ¿Será porque nos negamos a leer noticias tristes? ¿Dónde ha estado Derechos Humanos? ¿Falta empatía? ¿Qué haría yo con la angustia de un hijo, una hija desaparecida?
No mires a todos lados, donde la adicción consumista, pasará la factura. No podemos perder de vista que cada compra terminará arrumbada en algún rincón contaminando el planeta.
No mires alrededor, nos dice de la lucha por el poder en que se ha convertido la política. Donde lo último que se toma en cuenta son a los habitantes del planeta, los ciudadanos del país, los miembros de la comunidad. La guerra de aranceles nos puede costar demasiado caro y las consecuencias, difícil de remontar, para que gane… ¿qué? ¿quién?
La película se estrenó en enero del 2021 y nos muestra la lucha eterna entre la ciencia y la glotonería inmisericorde de los mercados, incluso a pesar de la especie humana, como vimos durante la pandemia.
En un artículo sobre la película, World Economic Forum nos habla sobre los cinco mitos contra la ciencia que investiga y ofrece soluciones.
Mito #1: No podemos actuar, a menos de que la ciencia esté 100 por ciento segura.
Mito# 2: La realidad perturbadora como describen los científicos es demasiado difícil para que el público pueda aceptar.
Mito #3: La tecnología nos salvará, nosotros no tenemos que hacer nada.
Mito #4: La economía es lo más importante, incluyendo las predicciones de la ciencia para impedir la crisis.
Mito #5: Cuando la gente dice: Es muy caro hacer algo, no se da cuenta del costo que tendrá la falta de acción.
Este último mito, cabría en “No mires al futuro”, donde la educación lleva varios sexenios en picada. Los jóvenes llegan a preparatoria ¿universidad? Sin saber leer ni escribir. ¿Cuándo comenzaron a pasarlos de grado sin importar si estaban listos? ¿y los pospandémicos? Pobres jóvenes sintiéndose perdidos y tontos. ¿Y los maestros frustrados, sin herramientas para trabajar? ¿Por qué no se hecho algo al respecto? ¿Sale muy caro construir más escuelas? ¿Preparar mejor a los maestros? Ya estamos viendo el costo de no hacerlo en los niveles de violencia de jóvenes motivados por el consumismo que solo aspiran a ganar dinero fácil; con escaso lenguaje, horizonte estrecho y fantasías de tirar la toalla. ¡Ayyyy!
Negarse a ver el problema no evita las consecuencias. Hay que mirar arriba, abajo, en medio, por detrás. Hay que enterarse de las noticias, analizar, hablar sobre ello, buscar el bien común. Hay varios meteoritos en camino, algo se podrá hacer. La ignorancia y la flojera de pensar son enemigos altamente letales.
Edición: Fernando Sierra