Opinión
Dalila Aldana Aranda
15/04/2025 | Mérida
Hoy en día, todos sabemos qué es el sargazo. Un alga marina café que ha crecido de manera desmesurada en el Caribe y que desde 2015 ha invadido el Caribe mexicano. Su proliferación ha impactado negativamente a los ecosistemas marino-costeros, las actividades turísticas y la economía local. En su proceso de limpieza se requieren de recursos significativos, que incluyen maquinaria y mano de obra.
Cada año son miles de toneladas de sargazo acumulándose en la laguna arrecifal, las playas, dunas o terminando en tiraderos clandestinos. En 2023, un estimado de 60,000 toneladas llegaron a las costas mexicanas, representando un aumento del 70 por ciento en comparación con años anteriores. En su descomposición, se consume oxígeno, aumenta la temperatura del agua y la acidifica. Produce un olor irritante el ácido sulfhídrico que se genera en su descomposición, afectando la salud pública. De 2015 a 2018 se atendió con el programa de desastres naturales.
A partir del 2020, se creó el Programa de Monitoreo y Limpieza de Sargazo, cuyo objetivo es reducir el impacto de esta alga en las costas. Sin embargo, los esfuerzos siguen siendo insuficientes debido a la magnitud del fenómeno y que México no ha invertido lo suficiente en soluciones tecnológicas como barreras flotantes y sistemas de recolección masiva en el mar que evite su llegada masiva a la playa. En más de una década, México sigue “barriendo” mal al sargazo. En 2024, se recogieron 37 mil toneladas, cuyo costo promedio es de 2 mil pesos por tonelada versus 211, lo que cuesta barrer y transportar una tonelada de basura en la Ciudad de México. La pregunta obligada es ¿Por qué un costo 10 veces mayor si el peso es exactamente el mismo?
En diciembre de 2023, en la COP28, la región de Guadalupe, Costa Rica, República Dominicana y la Organización de Estados del Caribe Oriental lanzaron una iniciativa internacional para el Sargazo basada en la cooperación científica internacional. Del 26-28 marzo 2025 se llevó a cabo la reunión Sarg'Coop 3 en la isla Guadalupe, Antillas francesas, cuyo objetivo fue establecer una red caribeña contra los arribos masivos de sargazo, fomentando la cooperación regional, la vigilancia y la alerta temprana, así como el intercambio de conocimientos y buenas prácticas. Estos esfuerzos reflejan una creciente movilización a escala internacional para hacer frente a los retos medioambientales, sanitarios y económicos en el Caribe por el arribo masivos de Sargazo. Se habla mucho de la cantidad que se “barre”, de las barreras para retenerlo, de la decena de productos que se pueden obtener de Sargazo, ninguno de ellos con una producción industrial ni demanda de un mercado.
Sin embargo, casi no se habla de los vacíos jurídicos de esta alga, que va desde un ecosistema flotante en el mar de los sargazos con funciones de alimentación, reproducción y crianza de varias especies marinas hasta su estatus de residuo cuando recala en la playa o de una pesquería al estar en aguas territoriales. Su estatus Jurídico es fundamental para acceder al recurso, como producto pesquero cuya captura debe estar regulado. Pero también es importante ese estatus para su manejo como residuo y por el impacto a la salud. Por ejemplo, las infecciones cutáneas o respiratorias causadas de su descomposición ¿Quién es el responsable? Así mismo, es importante transmitir a nuestros lectores que el Sargazo “en arenado” de las playas no es de utilidad para ningún producto que se quiera obtener de él.
Por otra parte, los expertos han señalado que el aumento del sargazo está relacionado con el cambio climático, la contaminación y el exceso de nutrientes en los océanos que favorecen su crecimiento.
En estas reuniones no se habla de medidas regulatorias para productos agrícolas y ganaderos en el Caribe. No se habla de un compromiso de los gobiernos del gran Caribe para disminuir el uso de estos productos y con menor aporte de nitrógeno y fosfatos. No se habla del tratamiento de aguas negras en el Caribe, donde más del 80 por ciento de ellas se descargan al Caribe sin tratamiento. Tampoco de la necesidad de reducir/eliminar los plásticos de un solo uso, de frenar la desforestación del Amazonas. Conocimiento científico-técnico, se tiene pero mientras no se atiendan las causas, es ponerle un “curita” al Sargazo.
La temporada de sargazo en el Caribe mexicano inició “oficialmente “el 1 de abril. Sin embargo, desde mediados de marzo se han tenido arribos importantes en varias playas de Quintana Roo, su punto máximo será mayo-agosto. A ver como se presenta esta temporada con “soluciones BIP”, Baratas, Inmediatas y Populares. A ver cuántas toneladas terminarán en más sitios clandestinos, contaminado suelo y agua.
Edición: Estefanía Cardeña