Opinión
Margarita Robleda Moguel
01/06/2025 | Mérida, Yucatán
Los atropellos de las últimas semanas, me duelen. ¿A quién benefician? Porque dado el tamaño de las demandas, ni siquiera los demandantes lograran algo que valga la pena el esfuerzo y lo invertido.
Entiendo que uno debe de luchar por sus derechos.
Entiendo que se les ofreció algo dos veces, que no están cumpliendo.
Entiendo que el encarecimiento de la vida no nos permite alcanzar el nivel que la mercadotecnia nos dice que merecemos y esta manipulación, a base de repeticiones, termina siendo una verdad que duele por no alcanzar ser considerado “exitoso” en esa tierra prometida que ellos nos venden.
Entiendo que la inteligencia artificial es el presente y no el futuro que nos dicen. Está en nuestra vida diaria y en la infinidad de horas que pasamos, celular en mano, alimentando necesidades que no teníamos, aspiraciones que no conocíamos, manipulaciones que cada vez más, nos controlan y duelen; desconexiones de pensar que antes nos permitía analizar, evaluar, discernir y elegir la trascendencia de nuestros actos.
Me duele porque, desde hace muchos años, amo, respeto, admiro y apoyo a los maestros comprometidos. Pero amo mucho, muchísimo más a los niños y niñas frágiles en su proceso de formación y lo que conlleva como parte de esta, ver a su maestro incendiar autobuses, impedir que sus padres lleguen al trabajo y les descuenten el día, y que sientan infinidad de días su abandono, eso, duele más.
¿Por qué no pelearon la reforma del ISSSTE en su momento? ¿Por qué ahora? Y si se trata de pedir, ¿por qué no exigen que desaparezca el paso automático de grado de los niños y las niñas, si los maestros que los reciben, padecerán trabajar con tanto alumno rezagado y, la incapacidad de comprensión de los jóvenes, provocará el abandono escolar que los lanzará a las calles donde grupos los capturaron para usar en su beneficio?
¿Somos conscientes que tanta falta de escuela promoverá en los alumnos de las escuelas ahondar la brecha que los separa para conseguir mejores oportunidades con los de los colegios? ¿Qué urge que ambos grupos sepan leer y comprender? ¿Tener un vocabulario más rico para entender el enredo de sentimientos que duelen dentro?
Entiendo que están cansados de no tener apoyo de la Institución educativa, por… ¿Su incapacidad? ¿por encontrarse en proceso de su siguiente escalafón político? ¿Por qué no exigir mejor que la cabeza de Educación y su equipo, sean para las personas más competentes e idóneas y deje de ser únicamente premios de campaña?
¿Por qué no exigen su deseo de cerrar su ciclo escolar con el orgullo de los 30 o más años de docencia, donde entregaron su vida, hasta el final del curso y no jubilarse en un marzo que representa dejar a los niños, objetivo de su vocación de vida, a la deriva para enfrentar los exámenes de fin de curso con un maestro suplente que no los conoce?
Maestros, Uds. son nuestra esperanza. El futuro de México está en sus manos. Urge conectar la de pensar. ¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos y nietos? En mi Facebook comparto imágenes de niños y jóvenes mexicanos ganando medallas internacionales en matemáticas, ciencia y deportivas. Son una pequeña muestra del talento que tenemos. Pero los necesitamos a ustedes para detectarlos, apoyarlos, acompañarlos. Trabajar con los papás, que algunos parecieran adolescentes, porque adolecen igual que sus hijos de esa edad, de conciencia y compromiso: eligen lo más cómodo y fácil. Urge hacer con ellos mancuerna para hacer campañas de control de celulares. Los pequeños de cero a seis no deben tener contacto con ellos. Estudios de neurociencia nos dicen que, esos pobres angelitos que reciben su tablet en la cuna no están desarrollando las neuronas de la empatía, la vergüenza, de tolerancia, el lenguaje. ¿Es eso lo que queremos?
¿Quién se está beneficiando de todo este movimiento? Creo que ni los maestros, ni los ciudadanos que padecen el caos y mucho menos los niños. ¿Entonces?
Edición: Fernando Sierra