Opinión
La Jornada Maya
17/06/2025 | Mérida, Yucatán
Enrique Martín Briceño
Hace una década, en estas mismas páginas,
publiqué el artículo titulado “En el 40º aniversario luctuoso de Daniel Ayala”. Me refería en él a lo que, desde 1997, cuando su viuda donó el legado del compositor al gobierno de Yucatán, se había hecho para estudiar y difundir su obra, y a lo que faltaba por hacer para que dejara de ser solo el autor de Tribu, la suite orquestal que tuvo la fortuna de ser incluida en el primer disco mexicano de la Orquesta Sinfónica Nacional, en 1956.
En aquel artículo (que pueden consultar en el portal electrónico de este mismo diario) lamentaba el desinterés del entonces director de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY), Juan Carlos Lomónaco, por interpretar obras del músico nacido en Abalá en 1906 y en general por programar a autores mexicanos y latinoamericanos. Además, insistía en que, para darle a Ayala un lugar en el panorama musical de nuestro país, hacía falta editar y grabar sus principales creaciones.
¿Qué puedo decir este año, cuando se cumple medio siglo de la muerte del compositor yucateco? En lo que respecta a la ejecución de autores locales por la OSY, felizmente la situación ha comenzado a cambiar. Con la llegada de José Areán a la dirección interina en 2023, los antes rutinarios programas de la agrupación empezaron a incluir músicas y músicos mexicanos, entre ellos varios originarios del estado: Ayala, Gustavo Río, Pedro Carlos Herrera, Alejandro Basulto, Halfdan Jebe (noruego-yucateco). De este último —justo es recordarlo—, el año pasado la OSY estrenó en nuestro país la Sinfonía en La “Desde el destino hacia el ideal”, compuesta a la memoria de Felipe Carrillo Puerto, una obra que solo se había tocado en Oslo ¡en 1932! Y hace menos de un mes, Alejandro Basulto, como director huésped, condujo dos obras yucatecas recientes: Astillas, concierto para xilófono de su autoría, y Preludio y víspera de Yussef Ríos.
Con motivo del cincuentenario luctuoso de Daniel Ayala, el viernes 6 y el domingo 8 pasados, la Orquesta Sinfónica de Yucatán dedicó su programa al autor de Tribu. Bajo la dirección de Ludwig Carrasco —director artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional—, la OSY ejecutó Panoramas de México, tríptico dedicado a los estados de la república más cercanos al corazón del compositor: Sonora, cuya música indígena lo fascinó desde 1933; Veracruz, patria chica de su esposa, y, por supuesto, Yucatán. Inscrita dentro de lo que Yolanda Moreno Rivas llamó “nacionalismo emblemático”, la composición representa a Sonora con danzas de pascolas, a Veracruz con un danzón y a Yucatán con los aires con que comienzan las vaquerías.
Completaron el programa el poema sinfónico La venus maya de Gustavo Río, la suite preparada por Paul Hindemith a partir de la música de La noche de los mayas de Silvestre Revueltas y la gustada Sinfonía núm. 9 en mi menor, Del Nuevo Mundo, de Antonín Dvorák. Un programa de música nacionalista en el que la obra de Ayala dialogó con las de su maestro Revueltas y su coterráneo Río —unidas además por el tema maya—, y con la del compositor checo que empleó aires indígenas y negros en su producción estadunidense.
El Fideicomiso Garante de la Orquesta Sinfónica de Yucatán ha anunciado que con el programa anterior comienza una serie de actividades dedicadas a Daniel Ayala en ocasión del cincuentenario de su fallecimiento y que el ciclo culminará el año que viene, cuando se conmemorará el 120 aniversario de su natalicio. Es una excelente noticia y muestra una postura muy distinta de la que los directivos de la OSY tomaron en el centenario del compositor (en aquella ocasión fueron la Camerata Académica de Mérida y la Orquesta Juvenil Daniel Ayala, bajo la dirección de José Luis Chan, las agrupaciones que, unidas, le dedicaron dos conciertos).
Como lo he venido diciendo desde la creación de la Orquesta Sinfónica de Yucatán en 2004, difundir la obra del discípulo de Chávez y Revueltas, lo mismo que la de otros autores peninsulares antiguos y recientes, tendría que ser una de las tareas centrales del conjunto. Así lo entendieron Samuel Martí, Daniel Ayala y Carlos Tello Solís cuando estuvieron al frente de las antecesoras de la orquesta actual. En ese mismo sentido se pronunció el director huésped Ludwig Carrasco, quien también insistió en la necesidad de editar las obras de Ayala y otros autores de la región. De la mano de lo anterior, tendrían que venir las grabaciones, que podrían hacerse en el mismo Palacio de la Música donde actualmente se presenta la OSY. Confío en que, ahora sí, todo ello será posible.
Edición: Fernando Sierra