Opinión
Normando Medina Castro
16/07/2025 | Mérida, Yucatán
La diplomacia contiene el conjunto de procedimientos que regulan las relaciones entre países, lo cual implica cortesía, delicadeza, sutileza, que no se perciben, más bien parecen ausentes en la forma y el fondo de la “cena de gala” ofrecida al Embajador de los Estados Unidos en México, Ronald Johnson, patrocinada por TV Azteca y el Grupo Salinas, según se ufanaron ellos mismos en difundir, aunque apareció como anfitriona la American Society of México.
El discursos del presidente de la American Society of México, Larry Rubin, fue abiertamente en contra del gobierno mexicano actual, pero no lo hizo desde los Estados Unidos, sino en el salón de un hotel de la avenida Reforma en la Ciudad de México, y ante el Embajador Johnson, coronel en retiro, ex boina verde, ex agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA).
Ricardo Salinas Pliego, beneficiado por los gobiernos del PRIAN, evasor de impuestos desde hace muchos años, adeuda 74 mil millones de pesos que se niega a pagar convertido en rabioso opositor del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, estuvo en sus anchas en el evento “engalanado” con la presencia del dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN) Jorge Romero, el ex candidato presidencial y actual senador panista Ricardo Anaya, la diputada también del PAN, Kenia López Rabadán, el anti cuatroteista ex consejero del Instituto Nacional Electoral Lorenzo Córdova, y José Ángel Gurría, asesor de la campaña de la ampliamente derrotada candidata presidencial prianista, Xóchitl Gálvez, por mencionar a algunos. Engrosaron el caldo injerencista algunos seudo morenistas movidos por sus ambiciones personales.
Es pertinente recalcar que la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo ganó las elecciones con el 60 por ciento de los sufragios, obtuvo casi 36 millones de votos y se convirtió en la más votada de la historia del país y mantiene niveles de apoyo de alrededor del 80 por ciento. El concepto pueblo está constituido esencialmente por la voluntad común, y esa ni remotísimamente la representan los opositores al gobierno de Sheinbaum Pardo. Hay formas, diplomacia, que deben respetarse. Como ha repetido muchas veces la presidenta de México, la soberanía no se negocia, México colabora pero no es subordinado de los Estados Unidos.
La estructura de poder del gobierno de Quintana Roo no sufrió ningún razguño con el deslinde verbal de la gobernadora Mara Lezama del partido Verde. Ni lo sufrirá. Fiel a su costumbre todo es retórica. Pero un poco de orden sería prudente. No toda la gente se deja. Los productores de piña no aceptaron como “centro de acopio” un galerón mal hecho, techado de láminas, que la Secretaría de Bienestar Estatal de Pablo Bustamante, ex dirigente del Verde en Quintana Roo, pretendió endilgarles con una inversión de recursos federales por nueve millones de pesos. El museo de la Guerra de Castas establecido en Tihosuco, Felipe Carrillo Puerto, remodelado hace casi un año por el gobierno estatal, perdió su esencia, relativa al acontecimiento histórico de la rebelión maya. Ahora es una instalación de tinte turístico, pero además, sin ningún respeto ni aprecie por la historia y los mayas, retiraron el cráneo del general maya cruzoob, Bernardino Cen, y su busto realizado y donado por Rusia a causa de la admiración de académicos rusos hacia el personaje. No son piezas para embodegar, en fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño Estado.
¡Hasta la próxima!