Opinión
Edgar Fernando Cruz
26/08/2025 | Mérida, Yucatán
La reciente declaración de culpabilidad de Ismael El Mayo Zambada en Estados Unidos ha sacudido los cimientos de la política mexicana y ha resonado a nivel internacional. Lo que podría parecer un simple proceso judicial se ha convertido en una bomba mediática con implicaciones de gran alcance. La confesión de Zambada, que implica la compra de policías, políticos y militares durante más de 50 años, ha legitimado las sospechas que gran parte de la sociedad mexicana tenía sobre la corrupción endémica en los más altos niveles de poder.
La conferencia de prensa: un mensaje 'hollywoodense'
La conferencia de prensa en la que se anunció la declaración de Zambada no fue un evento judicial ordinario. Tuvo un aire de espectáculo, un mensaje de triunfalismo, castigo y amenaza orquestado desde Washington. Su principal objetivo, más allá del caso en sí, parece ser el de recuperar la imagen y el poder de la DEA y el FBI, agencias que han visto su reputación erosionada. Aunque se prometieron revelaciones impactantes, la realidad es que no se dieron nombres concretos, lo que me ha llevado a preguntarse si la declaración de Zambada fue realmente una bomba o solo una un golpe mediático de Pam Bondi acordado con Trump que quiere peces gordos, un gobernador en funciones y un militar. Cosa difícil.
Un golpe a la élite política de ocho sexenios
La confesión del Mayo Zambada, aunque no dio nombres, golpea directamente la imagen de la élite política de al menos ocho sexenios. El hecho de que uno de los capos más importantes del narcotráfico admita haber sobornado a funcionarios y militares de alto nivel durante medio siglo es un duro golpe para la reputación de México y de sus gobernantes. La aparición de la senadora Lilly Téllez en la cadena Fox, señalando un presunto contubernio entre el gobierno mexicano y el narcotráfico, acentuó la sensación de que el discurso ha sido cuidadosamente planeado desde la Casa Blanca. La noticia, publicada en los medios con un encabezado de ocho columnas, se convirtió en un buen producto periodístico, de gran impacto, aunque en el fondo la información revelada fue una flecha que apunta al propio Estado mexicano pero sin nombres.
La complejidad del problema: más allá de las declaraciones
La declaración de Zambada y la subsiguiente cobertura mediática, aunque espectaculares, no abordan la raíz del problema. La ecuación es mucho más compleja. Con la caída de un capo, solo se produce un reacomodo violento entre las facciones que buscan llenar el vacío de poder. Como señaló el periodista Ioan Grillo, el narcotráfico es una estructura económica con cientos de miles de operaciones directas en casi todos los ámbitos. Millones de personas en México están alrededor.
Así que de una u otra forma,la actividad está ligadas a esta economía ilícita.desde el campo hasta la banca, a nivel global
Mientras exista una demanda de drogas, siempre habrá una oferta
La "guerra" contra las drogas, ejercitada en gran medida en el terreno discursivo por Estados Unidos, y que no actúa en su propio territorio contra traficantes y lavadores de dinero pero que busca a menudo desestabilizar el sistema político de otros países de diversas formas. La declaración del Mayo Zambada, con todo su impacto mediático, podría ser vista como una herramienta más en esta estrategia. En última instancia, la pregunta que queda flotando es si esta bomba discursiva tendrá algún efecto real en la lucha contra el narcotráfico o si, como muchos temen, es solo una ilusión mediática que no cambia la compleja y arraigada estructura criminal que asola a México y al mundo.
Edición: Fernando Sierra