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Sisal: Turismo responsable para la conservación de los manglares

Desde el nombramiento como Pueblo Mágico, ha sufrido episodios de fuertes crisis socioambientales
Foto: Leobardo Cox Tec

Desde el nombramiento de Sisal como Pueblo Mágico, este pequeño sitio costero ha sufrido episodios de fuertes crisis socioambientales. Parece ser que este título fue impuesto únicamente para buscar la plusvalía de los terrenos que, muchas veces están concesionados. La expansión de las inmobiliarias y la promoción de megaproyectos turísticos agresivos con el entorno, lejos de favorecer a los locales han atentado contra sus ecosistemas: desde 2020 se han reportado talas de hectáreas de manglar, cierre de playas públicas, devastación de dunas costeras e incluso extracción de flora y fauna disfrazada de “reubicación”, todo esto justificado por el “desarrollo y progreso” que prometen estos proyectos.



Foto: Leobardo Cox Tec


Los sisaleños han respondido de forma aguerrida: se han pronunciado a través de diferentes medios de comunicación en contra del nombramiento porque saben que corresponde a intereses políticos y económicos. Reconocen que el desarrollo del que tanto hablan las inmobiliarias realmente no es para los locales, pues las agencias urbanas de turismo han tratado de adueñarse y promover recorridos sin consentimiento de los vecinos del puerto desplazando así a los locales. Los sisaleños están cansados de la expansión de un turismo devastador y expansivo en sus territorios porque invaden sin control la costa. Se explotan las áreas protegidas y se promueve la devastación de mangles y la privatización de espacios.



Foto: Leobardo Cox Tec


La gente de Sisal entiende que el turismo no es el enemigo, sino lo son quienes lo usan para beneficiarse de manera mezquina y para dañar el medioambiente. Es por eso que en este pueblo costero existe un número importante de guías locales que promueven un turismo rural de bajo impacto utilizando la educación ambiental como base y como herramienta principal. Esta importante actividad económica se ha convertido en un arma para crear conciencia sobre los peligros a los que se enfrentan los ecosistemas costeros. Siempre hemos escuchado que para apreciar algo primero debemos conocerlo y entenderlo, puede sonar trillado, pero en este caso toma sentido: las cooperativas de Sisal buscan crear recorridos turísticos que generen un impacto mínimo mediante un enfoque de conservación ambiental. Los guías locales están capacitados para brindar el mejor servicio cuidando el patrimonio natural y compartiendo sus conocimientos.



Foto: Leobardo Cox Tec


Las cooperativas de Sisal ofrecen recorridos por las ciénegas, un tipo de humedal que se encuentra en una zona baja y pantanosa, generalmente con agua salobre, y con una vegetación adaptada a condiciones de inundación periódica o permanente. Las ciénegas son la puerta de entrada a los petenes, ecosistemas únicos caracterizados por ser islas de vegetación exuberante, densa y diversa rodeadas de agua o zonas inundables asociados a los manantiales costeros u ojos de agua dulce. Estas islas juegan un papel importante en el equilibrio ecológico de la región, ya que proporcionan hábitat para muchas especies de plantas y animales y ayudan a regular el ciclo del agua.

Esta visita suele realizarse en bote, kayak o tabla de paddle, haciendo menos invasivo el paseo y evitando el estrés de las aves residentes, pues al ser embarcaciones sin motor no se genera ruido. El paseo continúa entre el manglar hasta llegar a los petenes; se llega a través de complejos laberintos naturales cubiertos de mangle hasta llegar al corazón de la isla de selva donde se encuentra un cenote, o un ojo de agua. Uno de los manantiales más bellos es el de Petén Culú con aguas cristalinas y ríos que se extienden por varios metros. Estos afloramientos de agua dulce son parte de la razón de ser de la complejidad estructural de este ecosistema. Esto crea condiciones que incrementan su biodiversidad, para los observadores de aves y fotógrafos de naturaleza es un verdadero paraíso.



Foto: Leobardo Cox Tec


En los manantiales costeros u ojos de agua, se puede hacer senderismo, observación de la naturaleza, exploración, buceo o simplemente bañarse en sus aguas cristalinas. Uno de los grupos locales que ofrecen este recorrido responsable y respetuoso con el medio ambiente es Casa Balam Hostel, que pertenece a la cooperativa Bu’ul Kayé y a la Federación de Cooperativas y Guías de Naturaleza “Sisal, mar y manglar”.  Este recorrido tiene una duración de cuatro horas e incluye el transporte, agua, equipo de buceo y paddle, frutas de temporada y un guía federal certificado bajo la NOM-09-TUR-2002, algunos de sus guías son biólogos por lo que la interpretación ambiental  es prioritaria. Existen muchas cooperativas locales con excelentes guías, lo ideal es contactarlos directamente al llegar a Sisal y no comprando paquetes con las agencias turísticas, así apoyas a la economía local sin intermediarios. El turismo consciente en el manglar y por los petenes es una verdadera actividad educativa que promueve la conservación y el manejo sustentable de los ecosistemas de la costa norte de Yucatán.

Agradezco de manera especial al biólogo Walter Printzen de Casa Balam Hostel, comparto su contacto para mayor información: 9991154394



Edición: Estefanía Cardeña


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