Opinión
Mauricio Dardón Velázquez
28/10/2025 | Mérida, Yucatán
Desde su creación en 1948, el estado sionista de Israel fue gobernado por los sionistas laboristas, quienes se asumían como de centroizquierda. Con los laboristas Israel llevó a cabo cuatro grandes guerras contra los países árabes vecinos y se expandió territorialmente cinco veces más de lo que le otorgó la ONU, con la ocupación total de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Oriental, la península del Sinaí (egipcia) y los Altos del Golán (sirios).
En 1977 la ecuación política israelí cambió y el país se enfiló abiertamente hacia la extrema derecha con el triunfo del Likud y el advenimiento de Menahem Beguin como su primer ministro. Aunque hubo algunos giros hacia la centroizquierda, el rumbo ultraderechista se consolidó con los sucesivos triunfos de Benjamín Netanyahu, cuyos adictos suelen llamar Bibi.
En las elecciones parlamentarias de 2022, los llamados Sionistas Religiosos obtuvieron 14 escaños y con esa fuerza, Netanyahu logró formar gobierno e integró a dos de sus más importantes líderes en carteras claves de su gabinete: Bezalel Smotrich en el Ministerio de Finanzas e Itamar Ben-Gvir en el Ministerio de Seguridad Nacional.
Sobre los Sionistas Religiosos habría que señalar que su origen se remonta a los grupos judíos del Gush Emunim (Bloque de los Creyentes), que mantenían una visión religiosa fundamentalista teocrática y mesiánica. Tales grupos tienen su base social entre los colonos extremistas y paramilitares de los asentamientos ilegales israelíes en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental. Su ideología se basa en las enseñanzas de la Biblia Hebrea y las profecías bíblicas relacionadas con el advenimiento del nuevo mesías, por lo que se les conoce como los Sionistas Teofascistas. O sea, están más a la derecha que el propio Likud, dada su visión totalmente religiosa y mesiánica. Antes de que se iniciara la guerra en Gaza tanto Smotrich como Ben-Gvir se referían constantemente en entrevistas al genocidio contra el pueblo palestino para apropiarse de sus territorios.
Es conocido que el yerno de Donald Trump, Jared Kushner (casado con Ivanka Trump), es miembro destacado de una sinagoga en Estados Unidos que abiertamente comparte la misma visión religiosa y mesiánica que los teofascistas.
Sobre este personaje hay que decir que, al igual que su suegro, es un inversor inmobiliario y es propietario de la empresa de capital de riesgo Affinity Partners, la cual se financia casi en su totalidad de inversores inmobiliarios extranjeros y ha recibido dinero de fondos públicos de Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.
El 15 de septiembre de 2020, Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, formalizaron la normalización de sus relaciones diplomáticas, políticas y económicas. Kushner fue uno de los más importantes promotores de tales acuerdos ya que trabajaba como enviado principal (honorario) de Trump para el Medio Oriente durante su primer mandato. Una de las viejas aspiraciones de los gobernantes de Tel Aviv es normalizar sus relaciones con todos los países árabes y por ello Kushner se volvió el pivote promotor de esos acuerdos.
En su actual segundo mandato, Trump designó a Steve Witkoff como su enviado especial en Medio Oriente. Este personaje también es inversor inmobiliario y se hizo amigo de Trump jugando al golf. Paralelamente designó a Mike Huckabee, como embajador de EUA en Israel. Se trata de un pastor evangélico quien, entre otras cosas, sostiene que Cisjordania se llama Judea y Samaria y que tales territorios pertenecen a Israel.
Aunque actualmente Kushner no ostenta ningún cargo formal en esta administración, se sabe que por sus relaciones religiosas con Israel y sus negocios con diversos gobiernos y socios árabes, incide directamente en las decisiones estadounidenses en la zona.
En un artículo de Katie Rogers y Tyler Pager publicado en The New York Times el 11 de octubre de 2025, se reseña la participación directa de Jared Kushner y Steve Witkoff en la elaboración del supuesto Plan de Paz de 20 puntos que, según los mismos autores del artículo, “favorecían en gran medida a Israel”.
En el citado artículo también se menciona que el padre de Jared, “Charles Kushner, recibió un indulto presidencial en un caso por evasión fiscal y represalias contra un testigo federal, entre otras infracciones. El patriarca de los Kushner es ahora embajador de Estados Unidos en Francia.”
Más adelante los autores indican: “hace unos ocho meses, Kushner empezó a trabajar con Tony Blair, ex primer ministro británico, en planes para una Gaza de posguerra. En agosto, ambos se reunieron con Trump y sus principales asesores para debatir el futuro de la franja de Gaza."
Como se puede apreciar Trump no sólo tiene una enorme simpatía hacia Bibi, al grado de solapar y apoyar el genocidio contra los palestinos, sino que también comparte la visiones religiosas y mesiánicas de su yerno teofascista Jared Kushner.
Edición: Fernando Sierra