Opinión
Leobardo Cox Tec
21/12/2025 | Mérida, Yucatán
Espita es un importante punto del oriente de Yucatán, marcado por su historia y sus tradiciones. Su nombre significa “lugar donde salta el agua” o “lugar con poco agua”. Gracias a su auge cultural y artístico entre el siglo XIX y XX adoptó el sobrenombre de la “Pequeña Atenas” o “La Atenas de Yucatán”; se convirtió en un importante centro de educación y producción literaria en la región. El esplendor de las haciendas agroganaderas y muchas otras circunstancias históricas y políticas confluyeron para que la villa tuviera un desarrollo y un crecimiento demográfico significativo.
Espita recibió el título de Pueblo Mágico en junio de 2023 y desde ese momento sus esfuerzos por promover su historia, lugares emblemáticos y tradiciones han sido constantes. Uno de sus principales atractivos es la fiesta tradicional de diciembre dedicada al Niño Dios. Este festejo ocupa un lugar privilegiado no solo en el oriente, sino en todo Yucatán, pues para muchos yucatecos católicos marca el inicio de la Navidad. Es un referente para muchas otras localidades que han adoptado algunas costumbres espiteñas. La fiesta se desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX con la bonanza económica de la época. Los mestizos y hacendados comenzaron a celebrar los novenarios a la infancia de Jesús por considerar efectiva su intervención divina.
Foto: Leobardo Cox Tec
La escultura festejada es una representación del Niño Jesús de Praga, advocación célebre en Europa que posteriormente obtuvo el título local de Niño Dios de Espita que se considera un símbolo de la infancia y la inocencia. La imagen tiene una rica historia que se remonta muy probablemente a finales del siglo XVIII, cuando fue traída a la iglesia de San José de Espita. Es hasta el siglo XIX que las clases acomodadas adoptaron al Niño como objeto de gran devoción por su fama de milagroso. Desde entonces se venera como símbolo de protección en momentos de necesidad. Durante la Guerra Social Maya de 1847, las celebraciones fueron puestas en pausa, pero fueron retomadas unos años más tarde. A principios del siglo XX (1915, dicen algunos), la imagen reafirma su fama de milagrosa cuando, según la tradición, sobrevive a los incendios de los retablos de la iglesia de Espita que fue profanada durante los conflictos relacionados con la Revolución. De acuerdo con lo que se cuenta, los señores Miguel Güemes y Evelio Pérez tomaron la imagen, la resguardaron en una cueva y la devolvieron a la iglesia pasados los combates.
El 16 de noviembre de 1878 La Revista de Mérida, que se presentaba como un periódico mercantil, noticioso, de variedades y anuncios, publicaba una invitación a la fiesta de Espita pagada por el señor Francisco Patrón:
“AL PÚBLICO. Del 23 al 28 de Diciembre próximo tendrá lugar en esta villa la anual fiesta del Niño Jesús, con toda la solemnidad y esplendidez posible, para cuyo efecto los habitantes todos, han puesto grande empeño. Como encargado de ella y deseando su mayor lucimiento, tengo el gusto de invitar á todos nuestros hermanos del Estado, seguros de que tendrán una fraternal acogida”.
Foto: Leobardo Cox Tec
La meta era tener una fiesta a la que acudieran personas de todo Yucatán. El 25 de diciembre de 1921 La Revista de Mérida anunciaba sobre la fiesta de Espita: “Las corridas de toros se están luciendo pues casi todos los cornúpetas resultan bravos, perteneciendo la mayoría de ellos a la acreditada ganadería de don Eduardo Díaz.
Los distintos gremios que han tomado participación en la fiesta, han puesto todo su empeño por lucirse en los días que a cada uno ha correspondido.”
Foto: Leobardo Cox Tec
Durante la fiesta de Espita destaca la participación de los Gremios, agrupaciones antiguas que con apoyo de los socios y las “madrinas” del Niño Dios realizan misas, una procesión con estandartes y pesebres y la velación que es una matiné nocturna con música y baile. Los gremios inician el 08 de diciembre, el mismo día de la Bajada del Niño desde su nicho y concluyen el 30 del mismo mes. En 1906 se anunciaba en El Demócrata, periódico publicado en Espita que:
“Con mayor algaraza (sic.) que en el año anterior, se está celebrando en esta villa la fiesta religiosa del NIÑO, formada por gremios, a imitación de la del Sr. De las Ampollas de Mérida. Cada gremio procura supeditar al otro, y el bullicio es general.”
Otra característica que hace única la fiesta de espita es la elaboración de pesebres tradicionales; cada gremio elabora una estructura de madera que simula una casa maya, una cuna o una iglesia que sirve como base para llevar las imágenes de María, José y el Niño; los más elaborados también podrían incluir imágenes de animales, pastores y de los Reyes Magos. Los pesebres son una muestra de la fe de los espiteños, de ellos cuelgan frutas, panes, juguetes, golosinas y decoraciones navideñas como agradecimiento por los milagros recibidos. Cada gremio se vive como si fuera una posada, el espíritu navideño reina todo el mes de diciembre en Espita.
Foto: Leobardo Cox Tec
Las fiestas del Niño de Espita son de las más especiales de Yucatán, son testimonio de la bonanza económica y de los complejos procesos históricosociales por los que atravesó la villa. Para muchas personas es el momento para recordar a la familia que ya no está y para abrazar a la que sigue a nuestro lado.
Edición: Fernando Sierra